martes, 31 de diciembre de 2019

Resumen de una década

Orlando, Florida 


Resumen de una década, aunque sea un poco mas de 10 años y aun no se acaba la década, pero no importa. Acá esta. 

No creo que haya hecho antes un resumen de ningún año, al menos no a nivel personal. Por alguna razón este año me siento tan feliz y afortunada por lo que deseo compartirlo y además agradecer por todo lo que me ha sucedido, que es una secuencia de eventos uno llevando a otro para ser lo que es hoy.  

Este blog donde escribo nació en 2009. Comencé escribiendo sobre mis perros. Luego sobre la universidad y finalmente sobre diversidad y derechos humanos.  Ya han pasado 10 años.
Este año que termina estuvo lleno de muchos acontecimientos, aunque para ser justa, durante los últimos ocho años mi vida ha estado llena de muchos acontecimientos.

En 2010, comencé a experimentar la despedida de amigos, las fiestas de despedida se hacían cada vez más frecuentes. Al principio era divertido, poco a poco comenzamos a hacer consciente que era una tragedia. Esto comenzó con los nuevos amigos dueños de perros quienes nos reuníamos en un parque en la Castellana, en Caracas.

En 2011, me separe de mi primera y única pareja, jamás lo dije públicamente hasta ahora. Una relación de siete años, que se mantuvo hasta mediados de 2012/2013 con intentos de seguir o no seguir, hasta que finalmente murió. Una experiencia de vida que agradezco infinitamente. Cada minuto, cada vivencia, buena, no tan buena. Todas me han dejado un gran aprendizaje de vida.

Desde 2012, me he aventurado a hacer cosas distintas, a arriesgarme, a salir de mi zona de confort, como dicen por ahí. Me convertí en la asesora del grupo de diversidad sexual en la universidad donde trabajaba. Labor que realice durante dos años.

En julio de 2013 murió Sophy Antonella, la primera de mis tres perros Schnauzer mini, la perra más hermosa que he visto y tenido en toda mi vida. El dolor tan grande que sentí con su muerte fue devastador. Creí haber sanado al escribir sobre ella en un blog. También en 2013 culmine mis estudios de posgrado. Esta alegría me ayudo a superar la muerte de Sophy. Por lo menos a experimentar un nuevo sentimiento de alegría. Ese mismo año me uní a Unión Afirmativa como voluntaria.

Con Sophy Antonella, junio 2009. 


En 2014, me convertí en la Coordinadora General de Unión Afirmativa. Llena de miedo y con muchas inseguridades. Pero me arriesgue, comencé a leer, a documentarme, a investigar a acercarme a otras organizaciones. A finales de ese año recibí y acepte la primera invitación a trabajar en un informe sobre las personas LGBTI.

Al año siguiente, 2015 con un primer informe que coescribí sobre la situación de derechos humanos de las personas LGBTI viaje a la Camisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington, DC, a presentar ese informe y en ese mismo año a Ginebra con el mismo fin. En 2015, despedí a mi última amiga, o quizás a la más cercana de mis amigas. La amistad más larga que había logrado cultivar en Caracas, desde 1999 cuando llegue con una única maleta. Esa partida me destrozo el corazón, quebranto mi animo.

En 2016, regrese a Ginebra, para presentar otro informe actualizado sobre personas LGBTI ante Naciones Unidas. Fueron dos años de hacer trabajo de incidencia internacional, informando al mundo sobre lo que pasaba en Venezuela. Luego conocí a un montón de gente dentro de las organizaciones de derechos humanos.

En 2017, el trabajo se concentró en Venezuela. Ese año, el segundo de mis perros, Walker Esteban, murió. Desde entonces utilizo una férula para dormir porque comencé a experimentar bursitis. Es decir, a rechinar y apretar los dientes al dormir producto del estrés. También, estaba deformando mis dientes al ejercer presión con la lengua hacia afuera. Yes, I have my own shit to deal with. Me toco reconocer que necesitaba ayuda. Había duelos, separaciones, dolores por sanar. Busque ayuda psicológica, no creo haber sido la mejor paciente ni la más disciplinada pero yo siento que encontré el alivio que buscaba.

Walker Esteban, 2016


Para 2018, me toco viajar en varias oportunidades, esta vez para seguir informando sobre la situación en Venezuela, pero también para conocer otras realidades. Conocer a otros activistas, conocer de qué va la conversación internacional sobre personas LGBTI. Este año tome la decisión de renunciar a mi trabajo en la universidad luego de casi 20 años.

Además, me toco asumir mi nuevo role como integrante del grupo asesor de la sociedad civil en ONU Mujeres para América y el Caribe. Así, me toco viajar a República Dominicana y Argentina. Otros destinos fueron Colombia, Canadá y México en mi carácter de activista para asistir a diferentes encuentros  sobre personas LGBTI.

En agosto de 2018, murió la última de mis tres perros Schanuzer, Stephy Black. Un nuevo dolor, tan profundo que aun siento en cada parte de mis ser. Stephy fue mi compañera inseparable desde su nacimiento el 8 de octubre de 2010. Durante ocho años me regalo muchas aventuras, alegrías y rabias. Nunca se enfermó, nunca se quejó. Solo ese único dolor que la mato. Siempre alegre y juguetona. Cariñosa y melosa. Me dio el amor que jamás imagine un perro fuera capaz de dar. Su muerte también significo el fin de una época de tenencia de mascotas, una década. Stephy sigue en mi corazón, como el amor más puro que he conocido.  Aun hoy, la lloro cada vez que la recuerdo. Rio cuando recuerdo sus tremenduras.

Stephy Black


En 2019, la realidad del país, requiere de acciones, la emergencia humanitaria compleja nos ha obligado a mirar a otras necesidades. A redirigir los esfuerzos donde más son necesitados. Esta realidad, me llevo a Ecuador en marzo, a conocer sobre el trabajo que se está haciendo para atender y apoyar a las personas LGBTI que se han visto obligadas a salir de Venezuela.

En Mayo regrese a Bogotá por segunda vez para participar en el IV Encuentro de líderes LGBTI de América Latina y del Caribe. En Octubre, viaje a Nueva York para seguir llevando la realidad venezolana a las Naciones Unidas en el marco de la Asamblea General.
Para culminar el año me encontré con la oportunidad de poder participar en un programa que cambia vidas. El IVLP que me llevo por varias semanas a cuatro ciudades en Estados Unidos, para un viaje de aprendizaje.

El trabajo dentro del país no ha parado, se ha ajustado, se ha modificado, se ha adaptado a la nueva realidad venezolana. Hemos pintado murales, hemos ido al Amazonas a trabajar con población LGBTI indígena, hemos realizado un documental sobre mujeres lesbianas, hemos seguido denunciando las violaciones de derechos humanos en el país. Hemos colaborado en la formación de nuevos activistas. Seguimos escribiendo, investigando, documentando. Se han ido personas de la organización, han ingresado otras.

En lo personal, este 2019, sin proponérmelo, elimine mucha gente toxica de mi vida. Incorpore nuevos amigos a mi lista. Seguí haciendo traducciones, seguí haciendo investigaciones largas, otras cortas.

He aprendido a calmarme. He aprendido a respirar profundo y no ser tan impulsiva. Eso no va tan bien como me gustaría pero ahí va. Me he equivocado, he reflexionado, he rectificado, me he enojado, he callado, he pausado. Me he alejado de ciertas situaciones que me incomodan y perturban para enfocarme en producir.

Mi cambio más grande este año 2019 fue haberme mudado.  Haberme quitado de encima todo el peso que cargaba, deshacerme de objetos que ya no usaba, papeles acumulados, artículos, peroles, objetos viejos. Vendí objetos, regale muchos otros. Hice una limpieza profunda, hasta en mi alma y en mi corazón. Actualice mi estado en Facebook. Ahora soy una mujer soltera (siempre lo he sido legalmente), lista para lo que venga, o mejor dicho para quien venga. No es que no haya llegado nadie en los últimos años, es que una se pone mas exigente por la edad, las experiencias, etc. 

He aprendido a reconocer quienes son mis verdaderos amigos y quienes son solo conocidos, quienes son aliados, quienes son compañeros, quienes son los de verdad y los falsos, así como las noticias.

Me siento satisfecha, me siento dichosa. Me siento afortunada de todo lo que me ha sucedido en estos años. Por todo eso doy gracias, a todas las personas que me han ayudado. Ustedes saben quiénes son. Inclusive a quienes me atacan y critican, de ustedes también aprendo.

Para 2020, tengo pocas metas, es mejor tener pocas para poder cumplirlas, en lugar de muchas y no cumplir ninguna. Una de ellas y en la que aspiro poder enfocarme, en mi salud. Debo bajar de peso. Al menos 10 kilos debo perder. Así que aspiro lograrlo en el transcurso de este nuevo año. Las demás metas me las reservo.

Hay necesidad de un nuevo cambio, ya no le temo al cambio, ahora lo busco y lo agradezco. No soy la misma de hace 10 años, ni de hace cinco años, ni siquiera la misma del año pasado. Eso me gusta. Creo que con este, cierro el ciclo de escritos sobre mí, para mí y por mí. Me gusta mantener mi privacidad. Seguiré haciendo mis reflexiones sobre derechos humanos y las personas LGBTI en Venezuela y el mundo. 

2020, acá estoy lista para seguir viviendo, aprendiendo, equivocándome, quejándome, sonriendo, riendo, molestándome, bailando, cambiando. 

Feliz 2020 para todas y todos quienes me leen por acá. Sigo en Twitter @qfranco y en Instagram @quiteria.franco 



IVLP: una experiencia que cambia vidas



A principios de octubre me contactaron de la Embajada de Estados Unidos para informarme que me invitaban a participar en el programa conocido como IVLP, es decir, International Visitors Leadership Program del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Me explicaron que serían tres semanas en Estados Unidos en un programa titulado Human and Civil Rights for Marginalized Communities A Multi Regional Project. Es decir, estaba enfocado en Derechos Humanos y Derechos Civiles para comunidades marginadas un proyecto Multi Regional.

Fueron tres semanas, cuatro ciudades, cuatro guías (liasons), más de 50 reuniones, encuentros, entrevistas con organizaciones, autoridades locales y personas de las comunidades visitadas, y 21 personas participantes de diferentes países.  No es fácil resumir tres semanas de tantas experiencias vividas en un texto corto, o en cinco minutos como me toco hacerlo en la sesión final.

El grupo estaba conformado por personas de Afghanistan, Armenia, Brazil, Cambodia, Czech Republic, Egypt, Fiji, Georgia, Hong Kong, Hungary, India, Israel, Jamaica, Japan, Malaysia, Nepal, Poland, South Sudan, Tajikistan, Tanzania y Venezuela. Había abogados, periodistas, un  economista, docentes, activistas, defensores de derechos humanos todos de alguna manera u otra trabajando con grupos vulnerados como niñas, niños y adolescentes, mujeres, personas LGBTI, privados de libertad, migrantes, refugiados, solicitantes de asilo, y una persona de la comunidad Roma.       

En Orlando, Florida
 El primer día tuvimos una sesión de bienvenida, la persona que nos saludó entre tantas cosas que nos informaron dijo “el IVLP es una experiencia que les cambiara la vida” y no es solo una frase, es la verdad.

La primera parada fue en Washington DC, el mayor número de reuniones y encuentros fue en esta ciudad. De todos los encuentros para mí, el mejor fue con la Liga Anti Difamación en su sede en Washington, DC.

La Liga Anti-Difamación (ADL) es una organización anti-odio. Fundada en 1913 en respuesta a un clima creciente de antisemitismo e intolerancia, su misión es proteger al pueblo judío y garantizar la justicia y el trato justo para todos. Hoy, ADL continúa luchando contra todas las formas de odio, incluido el ciber-odio, el acoso escolar, los prejuicios en las escuelas y en el sistema de justicia penal, el terrorismo, los crímenes de odio, la coerción de las minorías religiosas y el desprecio por cualquiera que sea diferente. Su objetivo final es un mundo en el que ningún grupo o individuo sufra prejuicios, discriminación u odio.

La representante de la organización nos habló sobre el programa “No Place for Hate” o No hay lugar para el odio, un marco de referencia para mejoras sociales para las escuelas K-12 que buscan construir comunidades inclusivas y seguras donde todos los estudiantes puedan prosperar.

También me hizo reflexionar mucho el taller que tuvimos sobre liderazgo y construcción de alianzas con Akram Elias de Capital Communications Group. Él nos habló sobre cómo construir alianzas y nos compartió mucha información sobre los diferentes tipos de liderazgos y las características de cada líder. Con el he logrado entender la razón por la cual algunas alianzas no funcionan y entender que algunas alianzas tienen fecha de inicio y culminación, con algo de suerte algunas pueden perdurar. En parte, lo importante es saber identificar los objetivos de cada alianza, que cada quien tenga un rol claro y definido y que todas y todos sean partícipes en todo el proceso de análisis, toma de decisiones e implementación de los planes y estrategias, hasta el logro de los objetivos planteados.  
Como actividad no formal/cultural en Washington DC tuvimos un tour que incluyo la Casa Blanca, el edifico del Congreso “Capitol”; fuimos la museo del Holocausto y al National Museum of the American Indian. 

En Washington, DC.

La segunda parada fue en Seattle, Washington. Acá el encuentro que más me gusto fue con la Policía de la ciudad de Tukwila. 

El nombre de la ciudad me hizo reír, se pronuncia casi que como “Tequila”. Se imaginaran la cantidad de chistes que hice con el nombre. Lo que me gusto de este encuentro fue escuchar como la Policía de Tukwila dio un giro a la manera de interactuar con las y los habitantes de las comunidades. Tukwila es una ciudad de inmigrantes, está compuesta por 62% de población considerada minoritaria. 49% son hablantes de un idioma diferente al inglés. La ciudad cuenta con una oficina de servicios humanos que se encarga de conectar a los residentes con distintos servicios sociales y de salud. Mientras que la policía ha implementado estrategias innovadoras que les han permitido estar más cerca de los residentes y cambiar la relación entre la policía y los residentes de la ciudad.

En Tukwila, Washington. 


En trabajo conjunto entre la oficina de servicios humanos y la policía han logrado bajar el incide de delincuencia. Y los residentes confían en su policía. Inclusive quienes no cuentan con documentación para estar en el país saben que pueden llamar a la policía para denunciar cualquier incidente sin temor alguno a ser interrogados sobre su estatus legal. Anteriormente, este era un factor que interfería negativamente al momento de hacer denuncias o ser testigos en juicios. La policía tiene encuentros mensuales con los residentes, estos se conocen como “un café con la policía”. Los residentes van a un lugar seleccionado por la policía, un oficial o dos acuden al encuentro y se sientan a conversar con los asistentes. De esta manera, se ha ido reduciendo el rechazo hacia la policía. Me pareció que es una buena práctica para cambiar la relación policía/residentes. Obviamente, también ha habido mucha preparación y formación a los miembros de la policía. Las organizaciones de derechos humanos también han jugado un rol importante en este aspecto. 

Por cierto, pase un buen rato revisando la cuenta en Twitter de la policía de Tukwila y es una nota. Pasen a verla y seguro se reirán un rato. Por supuesto, está en inglés, es @TukwilaPD

Otro encuentro a destacar en Seattle fue con la Human Rights Commission de Washington State. Es decir, la Comisión de Derechos Humanos del estado de Washington. El trabajo que realiza la policía y los cambios mencionados anteriormente, obedecen y están en sintonía con las leyes y normas en el estado de Washington. Esta Comisión del Estado de Washington tiene como fin prevenir y eliminar la discriminación a través de la aplicación de las leyes, el uso eficiente de los recursos y el establecimiento de relaciones productivas con la comunidad. Las leyes del estado de Washington prohíben las prácticas de discriminación en el empleo, espacios públicos, hotelería y hospedaje o esparcimiento, en relaciones o transacciones de alquileres, créditos y seguros. La representante de la Comisión nos habló de como ellos abordan los casos de discriminación, el proceso de recepción, investigación y la solución final de cada caso. 

Como actividad cultural yo fui al Museo de la Cultura Pop “Museum of Pop Culture or MoPop”. Un pequeño grupo tomamos un paseo en Barco por las cercanías a Seattle, durante el cual tuvimos unas vistas espectaculares de la ciudad, finalmente dimos un paseo en la Gran rueda “Great Wheel”. Como bono extra para mí, estuve en el Restaurante Athenian, en el cual se filmó una escena de la película Sleepless in Seattle con Tom Hanks y Meg Ryan en el año  1993.

Restaurante Athenian. Seattle, Washington. 


City Splits. Luego de Seattle, el grupo de 21 personas fue distribuido en tres ciudades Cincinatti, Indianapolis y Kansas. A mí me correspondió estar en el grupo de Indiana. 

La tercera parada fue en Indianapolis, Indiana. Acá éramos solo siete personas. Tuvimos un total de siete reuniones en dos días, una experiencia de voluntariado en un lugar de entrega de comida y ropa para personas de bajos recursos económicos y una cena con una familia de la comunidad.

La primera reunión que tuvimos en Indianapolis fue con Kizito Kalima, un sobreviviente del genocidio en Ruanda. Kalima fundo el Centro de paz para el perdón y la reconciliación, tiene como objetivo cambiar el mundo educando a los jóvenes sobre las causas y consecuencias del genocidio y otras atrocidades. El Centro llega a los jóvenes a través de discursos públicos, conferencias, talleres, caminatas por la paz y las redes sociales. Se alienta a los jóvenes a convertirse en embajadores de la paz en sus escuelas y dentro de sus comunidades. 

Kizito tenía 14 años cuando su familia fue asesinada, el a pesar de haber sido y dejado por muerto por ataques con machetes, sobrevivió, fue, perseguido y apresado. En una breve oportunidad logro escapar de sus captores y huir del país. Se refugió en el deporte, comenzó a jugar Basketball. Fue invitado a participar en un campeonato en EEUU, al llegar le ofrecieron una beca en Chicago y decidió quedarse.  Para superar la tragedia busco ayuda, y según sus propias palabras, no fue sino hasta que perdono que logro encontrar paz. Posteriormente, fundo la organización y ahora habla sobre paz a jóvenes.

Este encuentro me conmovió hasta el punto de romper en llanto, mientras escuchaba el relato de Kizito en una pequeña exhibición fotográfica en la sede del Centro, no pude evitar encontrar tantas similitudes entre las razones que dieron origen al genocidio y lo que vivimos en Venezuela y como se originó. Obviamente, hay muchas diferencias pero yo vi muchas similitudes. Y eso me duele, me conmovió. Y en algún momento, los venezolanos debemos pasar por lo que paso Kizito, reconocer que necesitamos ayuda para procesar lo vivido y perdonar, para poder seguir con nuestras vidas en paz.
Indianapolis, Indiana. Encuentro con Kizito Kalima

Tuvimos otros dos encuentros muy interesantes uno con el Centro para la Cooperación inter/religiosa, tiene como misión fortalecer la comunidad en el centro de Indiana y más allá, para apoyar las conexiones existentes entre las comunidades de fe; fomentar oportunidades inter-religiosas adicionales a través de interacciones sociales, culturales y educativas; y conectar comunidades de fe a través del servicio voluntario y el compromiso cívico.

Obviamente, les preguntamos sobre su posición con las organizaciones LGBTI locales, para nuestra sorpresa, inclusive en estos temas relacionados con las personas LGBTI han logrado establecer como punto de encuentro que para las religiones lo importante es ver a las personas como seres humanos dignos que merecen respeto y tratos igualitarios, sin discriminación.  Lo que demuestra que si es posible un mundo diferente, en el que las religiones y sus representantes no traten de aplastar a quien ven como no alineado a sus creencias.

El segundo encuentro fue con el centro de víctimas y derechos humanos.  “Center for victims of and human rights”. Este es una organización de abogados que acompañan y asesoran legalmente a víctimas de violencia y violaciones de derechos humanos.

Tuvimos otro encuentro con la Indianapolis Urban League y con un representante de la municipalidad, director de Community Outreach. 

Mi encuentro favorito fue con el Indianapolis Youth Group. Es un grupo de persona de quienes percibí muy buenas energías. Me encanto el trabajo que hacen. Además nos invitaron a participar en la fiesta de navidad que organizaron el día sábado siguiente a nuestro encuentro. Allí había familias conformadas por parejas del mismo sexo, con niños o sin niños. Había un Santa negro que me encanto y una drag queen leyendo cuentos de navidad para niñas y niños. 
Indianapolis, Indiana. Encuentro con el Indianapolis Youth Group. 

Tuvimos además una experiencia de trabajo voluntario en un Food Pantry, es un lugar donde entregan comida y ropa a personas de bajos recursos. Acá me sorprendió mucho que a varias personas ayude a recolectar la comida y al salir cargaban sus bolsas en carros particulares algunos muy lujosos. Ese nivel de pobreza o personas de bajos recursos me sorprendió mucho. O quizás, como me comento alguien, quizás es gente que ha aprendido a beneficiarse del sistema de donación y ayudas que otorgan las organizaciones. No lo sé, prefiero pensar que es gente que realmente necesita de esa ayuda. 
La mejor de las experiencias fue una cena en casa de una familia local. Se trata de una familia que se ofrece a recibir a quienes como yo formamos parte del programa IVLP para compartir y conocer sobre nuestro trabajo y nuestro país de origen. Tuve la dicha de estar en casa de la familia Cobb, quienes además invitaron a una pareja de mujeres lesbianas de la tercera edad (más de 60), quienes nos hablaron de ellas, su salida del closet, su relación y lo que significó para ellas ser lesbianas en un estado como Indiana. 

Home Hospitality Dinner


La última parada fue en Orlando, Florida. Acá el foco de las reuniones estuvo relacionada con dos tragedias importantes y trascendentales para este estado, el asesinato de Trayvon Martin en febrero de 2012 en la ciudad de Sanford y la masacre del Bar Pulse en Orlando el 12 de junio de 2016.  

Acá ademas tuvimos encuentros con the Zebra Coalition, One Orlando Alliance at the Center y con One Pulse Foundation. Tuvimos un encuentro con la gente de Spektrum Health Center y con el Orlando Assistance Care. Finalmente, nos reunimos con el Interfaith Council y el Blue Ribbon Panel. 

Vale la pena destacar el encuentro con One Orlando Alliance, porque creo que es crucial para el momento que vivimos en Venezuela. Luego de la tragedia del bar Pulse, surgió la necesidad de que las organizaciones se unieran para responder a la tragedia. Muchos de los líderes de las organizaciones de Orlando ni siquiera se conocían, porque cada uno trabajaba por separado, muchos aunque trabajan en cosas diferentes y otros en asuntos similares no coincidían. La tragedia hizo que estas organizaciones lograran trabajar en conjunto en favor de las víctimas y los familiares de las víctimas, así como las familias adoptadas  de las víctimas.  ¿A qué me refiero? Para nadie es un secreto que las personas LGBTI muchas veces son rechazadas por sus familias de sangre, y que en ocasiones son recibidos y adoptados por amigos, conocidos o compañeros de trabajo, estas personas se convierten en las familias de acogida de muchas personas LGBTI rechazadas por sus familiares directos. 



Posterior a la tragedia, y ante el surgimiento de grupos anti derechos que buscan eliminar las conquistas legales y sociales alcanzadas por las personas LGBTI, además de los problemas aun existentes decidieron formalizar la coalicion en One Orlando Coalition, orientar esa coalición  hacia una agenda de temas a abordar que es lo que los mantiene unidos. Tienen objetivos claros y bien definidos. La coalición no es perfecta, ninguna coalición los es, pero el objetivo último son las personas, son los derechos humanos, y saber que los derechos hay que defenderlos y protegerlos todos los días, porque siempre habrá un aspirante a dictador y odiador de personas LGBTI renuente a los cambios sociales que estamos generando en el mundo. 

El encuentro más agradable fue con Buddy Dayer, Alcalde de Orlando.  A pesar de que me sorprendió el hecho de que esta frente a la Alcaldía desde hace 18 años, es un servidor público y así lo entiende. Se reúne periódicamente con las personas de la sociedad civil, está consciente que debe tener relaciones son cercanas con todos los ciudadanos de su ciudad. El hecho de que se haya reunido con nosotros es de mucha importancia. Nos habló con detalles de cómo había vivido y abordado la tragedia del bar Pulse. Y como supo estar y ayudar en lo que fuese necesario. Mantener distancia de la labor de los cuerpos de seguridad a cargo de la investigación, pero estar cerca de los ciudadanos en un momento tan crucial. Además me alegro mucho ver que quien está al frente de la oficina de asuntos culturales en la Alcaldía es una mujer venezolana, quien como mucho orgullo nos hizo saber que cinco de los miembros de su equipo son gays o lesbianas. Posterior a la tragedia de Pulse decidieron abrir una oficina de diversidad e inclusión. Es lo que hace una Alcalde consciente de la existencia de un problema que amerita un abordaje, Es buscar a especialistas y dedicarse a aprender. No es hacerse el desentendido y justificarse en el desconocimiento del tema como lamentablemente sucede en Venezuela.
Encuentro con el Alcalde de Orlando, Buddy Dayer. 


La reunión con la gente de Blue Ribbon Panel represento el mayor desafío, debido a la presencia de Jeff Triplett, Alcalde de Sanford. Al principio, el representante de Blue Ribbon nos relató con detalles lo que había sucedido la noche que asesinaron a Treyvon Martin. Nos narró cómo se abordó el asunto, como llego a los medios y como se llevó a cabo la investigación y todo lo que sucedió posteriormente en relación al caso.

El Alcalde llego a mitad del encuentro, aunque su presencia no estaba prevista. Se le pidió dar su visión sobre el asesinato de Martin y así lo hizo. Nos incomodó el hecho de que su relato giro en torno a la responsabilidad de los medios en que la noticia del asesinato hubiese tomado el giro que tomo. Y el segundo elemento que nos incomodo fue su defensa al uso y posesión de armas por parte de la ciudadanía.  El Alcalde Triplett es un defensor de lo que él llama el derecho a la defensa, que para mí no es otra cosa que poseer armas de fuego.


A pesar de lo incomodo que resulto, lo veo como positivo, haber tenido la oportunidad de escuchar su posición y explicación, y a su vez, que el escuchara nuestras posiciones y razonamientos.

Para culminar la jornada en Orlando, la actividad cultural se dividió en dos. Un grupo de nosotros que fuimos a Disney World y el otro grupo que fue a Universal Studios.
En Disney World, Orlando. 


En la sesión final, Bonnie Beard, una de las cuatro personas que nos acompañó como guías (liason), nos dijo: “al regresar a sus países deben tomarse un tiempo para reflexionar, ustedes han cambiado mucho pero el país al que regresan y muy probablemente, las personas a quienes regresan siguen siendo iguales”. sabias palabras, en mi caso, muy ciertas. 

No tenía una idea preconcebida del pueblo estadounidense, mi idea previa quizás proviene de lo que veía en las películas y en las series de televisión. La cultura que una adquiere cuando se está aprendiendo inglés, más allá de eso, pues no mucho. Estas tres semanas pude tener una mejor idea de la vida y cultura en los Estados Unidos. 

En cada estado que visitamos hay al menos una oficina dedicada a la protección y difusión de los derechos humanos. Con leyes y normas claras para su abordaje. Hay oficinas de ayuda y apoyo a la ciudadanía, a los grupos minoritarios, vulnerados o marginados. En el plano internacional, EEUU no ha firmado o ratificado acuerdos internacionales de DDHH pero en la práctica, se preocupan y ocupan de proteger a sus ciudadanos. No sé ustedes, pero yo, en lo particular, prefiero esta realidad.  

Les liasons. Shirley, Bonny, Brion y Bill. (de izquierda a derecha).


Si desean ver mas imágenes de este viaje de aprendizaje, pueden pasar por mi cuenta en Instagram @quiteria.franco