Orlando, Florida |
Resumen de una década, aunque sea un poco mas de 10 años y aun no se acaba la década, pero no importa. Acá esta.
No creo que haya hecho antes un resumen de ningún año, al
menos no a nivel personal. Por alguna razón este año me siento tan feliz y
afortunada por lo que deseo compartirlo y además agradecer por todo lo que me
ha sucedido, que es una secuencia de eventos uno llevando a otro para ser lo
que es hoy.
Este blog donde escribo nació en
2009. Comencé escribiendo sobre mis perros. Luego sobre la universidad y
finalmente sobre diversidad y derechos humanos. Ya han pasado 10 años.
Este año que termina estuvo lleno
de muchos acontecimientos, aunque para ser justa, durante los últimos ocho años
mi vida ha estado llena de muchos acontecimientos.
En 2010, comencé a experimentar
la despedida de amigos, las fiestas de despedida se hacían cada vez más frecuentes.
Al principio era divertido, poco a poco comenzamos a hacer consciente que era
una tragedia. Esto comenzó con los nuevos amigos dueños de perros quienes nos reuníamos
en un parque en la Castellana, en Caracas.
En 2011, me separe de mi primera
y única pareja, jamás lo dije públicamente hasta ahora. Una relación de siete años,
que se mantuvo hasta mediados de 2012/2013 con intentos de seguir o no seguir,
hasta que finalmente murió. Una experiencia de vida que agradezco
infinitamente. Cada minuto, cada vivencia, buena, no tan buena. Todas me
han dejado un gran aprendizaje de vida.
Desde 2012, me he aventurado a
hacer cosas distintas, a arriesgarme, a salir de mi zona de confort, como dicen
por ahí. Me convertí en la asesora del grupo de diversidad sexual en la universidad
donde trabajaba. Labor que realice durante dos años.
En julio de 2013 murió Sophy
Antonella, la primera de mis tres perros Schnauzer mini, la perra más hermosa
que he visto y tenido en toda mi vida. El dolor tan grande que sentí con su
muerte fue devastador. Creí haber sanado al escribir sobre ella en un blog. También
en 2013 culmine mis estudios de posgrado. Esta alegría me ayudo a superar la
muerte de Sophy. Por lo menos a experimentar un nuevo sentimiento de alegría. Ese
mismo año me uní a Unión Afirmativa como voluntaria.
Con Sophy Antonella, junio 2009. |
En 2014, me convertí en la
Coordinadora General de Unión Afirmativa. Llena de miedo y con muchas
inseguridades. Pero me arriesgue, comencé a leer, a documentarme, a investigar
a acercarme a otras organizaciones. A finales de ese año recibí y acepte la
primera invitación a trabajar en un informe sobre las personas LGBTI.
Al año siguiente, 2015 con un
primer informe que coescribí sobre la situación de derechos humanos de las
personas LGBTI viaje a la Camisión Interamericana de Derechos Humanos en Washington,
DC, a presentar ese informe y en ese mismo año a Ginebra con el mismo fin. En
2015, despedí a mi última amiga, o quizás a la más cercana de mis amigas. La amistad
más larga que había logrado cultivar en Caracas, desde 1999 cuando llegue con
una única maleta. Esa partida me destrozo el corazón, quebranto mi animo.
En 2016, regrese a Ginebra, para
presentar otro informe actualizado sobre personas LGBTI ante Naciones Unidas. Fueron
dos años de hacer trabajo de incidencia internacional, informando al mundo sobre
lo que pasaba en Venezuela. Luego conocí a un montón de gente dentro de las
organizaciones de derechos humanos.
En 2017, el trabajo se concentró
en Venezuela. Ese año, el segundo de mis perros, Walker Esteban, murió. Desde
entonces utilizo una férula para dormir porque comencé a experimentar bursitis.
Es decir, a rechinar y apretar los dientes al dormir producto del estrés. También,
estaba deformando mis dientes al ejercer presión con la lengua hacia afuera.
Yes, I have my own shit to deal with. Me toco reconocer que necesitaba ayuda. Había duelos, separaciones, dolores por sanar. Busque ayuda psicológica, no creo haber
sido la mejor paciente ni la más disciplinada pero yo siento que encontré el
alivio que buscaba.
Walker Esteban, 2016 |
Para 2018, me toco viajar en
varias oportunidades, esta vez para seguir informando sobre la situación en
Venezuela, pero también para conocer otras realidades. Conocer a otros activistas,
conocer de qué va la conversación internacional sobre personas LGBTI. Este año
tome la decisión de renunciar a mi trabajo en la universidad luego de casi 20 años.
Además, me toco asumir mi nuevo role
como integrante del grupo asesor de la sociedad civil en ONU Mujeres para
América y el Caribe. Así, me toco viajar a República Dominicana y Argentina. Otros
destinos fueron Colombia, Canadá y México en mi carácter de activista para
asistir a diferentes encuentros sobre
personas LGBTI.
En agosto de 2018, murió la última
de mis tres perros Schanuzer, Stephy Black. Un nuevo dolor, tan profundo que
aun siento en cada parte de mis ser. Stephy fue mi compañera inseparable desde
su nacimiento el 8 de octubre de 2010. Durante ocho años me regalo muchas
aventuras, alegrías y rabias. Nunca se enfermó, nunca se quejó. Solo ese único dolor
que la mato. Siempre alegre y juguetona. Cariñosa y melosa. Me dio el amor que jamás
imagine un perro fuera capaz de dar. Su muerte también significo el fin de una época
de tenencia de mascotas, una década. Stephy sigue en mi corazón, como el amor más
puro que he conocido. Aun hoy, la lloro
cada vez que la recuerdo. Rio cuando recuerdo sus tremenduras.
Stephy Black |
En 2019, la realidad del país,
requiere de acciones, la emergencia humanitaria compleja nos ha obligado a
mirar a otras necesidades. A redirigir los esfuerzos donde más son necesitados.
Esta realidad, me llevo a Ecuador en marzo, a conocer sobre el trabajo que se
está haciendo para atender y apoyar a las personas LGBTI que se han visto
obligadas a salir de Venezuela.
En Mayo regrese a Bogotá por
segunda vez para participar en el IV Encuentro de líderes LGBTI de América Latina
y del Caribe. En Octubre, viaje a Nueva York para seguir llevando la realidad
venezolana a las Naciones Unidas en el marco de la Asamblea General.
Para culminar el año me encontré
con la oportunidad de poder participar en un programa que cambia vidas. El IVLP
que me llevo por varias semanas a cuatro ciudades en Estados Unidos, para un
viaje de aprendizaje.
El trabajo dentro del país no ha
parado, se ha ajustado, se ha modificado, se ha adaptado a la nueva realidad
venezolana. Hemos pintado murales, hemos ido al Amazonas a trabajar con
población LGBTI indígena, hemos realizado un documental sobre mujeres lesbianas,
hemos seguido denunciando las violaciones de derechos humanos en el país. Hemos
colaborado en la formación de nuevos activistas. Seguimos escribiendo,
investigando, documentando. Se han ido personas de la organización, han
ingresado otras.
En lo personal, este 2019, sin
proponérmelo, elimine mucha gente toxica de mi vida. Incorpore nuevos amigos a
mi lista. Seguí haciendo traducciones, seguí haciendo investigaciones largas,
otras cortas.
He aprendido a calmarme. He
aprendido a respirar profundo y no ser tan impulsiva. Eso no va tan bien como
me gustaría pero ahí va. Me he equivocado, he reflexionado, he rectificado, me
he enojado, he callado, he pausado. Me he alejado de ciertas situaciones que me
incomodan y perturban para enfocarme en producir.
Mi cambio más grande este año 2019
fue haberme mudado. Haberme quitado de
encima todo el peso que cargaba, deshacerme de objetos que ya no usaba, papeles
acumulados, artículos, peroles, objetos viejos. Vendí objetos, regale muchos
otros. Hice una limpieza profunda, hasta en mi alma y en mi corazón. Actualice
mi estado en Facebook. Ahora soy una mujer soltera (siempre lo he sido legalmente), lista para lo que venga, o
mejor dicho para quien venga. No es que no haya llegado nadie en los últimos años, es que una se pone mas exigente por la edad, las experiencias, etc.
He
aprendido a reconocer quienes son mis verdaderos amigos y quienes son solo
conocidos, quienes son aliados, quienes son compañeros, quienes son los de
verdad y los falsos, así como las noticias.
Me siento satisfecha, me siento
dichosa. Me siento afortunada de todo lo que me ha sucedido en estos años. Por
todo eso doy gracias, a todas las personas que me han ayudado. Ustedes saben quiénes
son. Inclusive a quienes me atacan y critican, de ustedes también aprendo.
Para 2020, tengo pocas metas, es
mejor tener pocas para poder cumplirlas, en lugar de muchas y no cumplir
ninguna. Una de ellas y en la que aspiro poder enfocarme, en mi salud. Debo
bajar de peso. Al menos 10 kilos debo perder. Así que aspiro lograrlo en el
transcurso de este nuevo año. Las demás metas me las reservo.
Hay necesidad de un nuevo cambio,
ya no le temo al cambio, ahora lo busco y lo agradezco. No soy la misma de hace
10 años, ni de hace cinco años, ni siquiera la misma del año pasado. Eso me
gusta. Creo que con este, cierro el
ciclo de escritos sobre mí, para mí y por mí. Me gusta mantener mi privacidad. Seguiré
haciendo mis reflexiones sobre derechos humanos y las personas LGBTI en
Venezuela y el mundo.
2020, acá estoy lista para seguir
viviendo, aprendiendo, equivocándome, quejándome, sonriendo, riendo, molestándome, bailando,
cambiando.
Feliz 2020 para todas y todos
quienes me leen por acá. Sigo en Twitter @qfranco y en Instagram
@quiteria.franco
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