El pasado 22 de octubre de 2020 el Papa Francisco dio unas
declaraciones que causaron mucha controversia. Se refirió al derecho que tienen
los homosexuales a tener una familia y a que se adapten las leyes que les
otorguen protección.
Aunque fue menos controversial y discutido, también se refirió
a la niñez homosexual en las familias. En este punto quiero referirme debido a
su importancia. Estos son algunos de los
mensajes que compartí en mi cuenta en Twitter @qfranco
La mayoría de las personas apegadas a una religión hacen una
defensa feroz de la niñez, y de lo que ahora han decidido llamar al no nacido. No
obstante, este defensa parece desaparecer cuando comienzan a manifestarse
las orientaciones sexuales de las niñas, niños y adolescentes.
Es muy larga la lista de niñez y adolescencia que ha sido
echada de su casa o de la escuela por ser homosexual usando argumentos
religiosos. Hay niñez y adolescencia a la que se le niega un cupo en la escuela
o la escuela secundaria por tener dos padres o dos madres. Hay niñez y adolescencia
que viven en hogares administrados por la iglesia católica de donde se les echa
a la calle, o como lo hacer ver “se les da la libertad temprana” para evitar
lidiar con la homosexualidad. Hay
adolecentes a quienes se les recomienda “tener relaciones sexuales con alguien
del sexo opuesto para intentar cambiar esos impulsos homosexuales”. En
ocasiones se les envía a “tratamientos psicológicos para intentar cambiarles
esos sentimientos impuros”. Todo esto sucede en instituciones católicas y también
en iglesias evangélicas.
Hay niñez y adolescentes en las calles, que han abandonado
los estudios, han terminado en la delincuencia debido al rechazo de sus padres
por que la religión les dictaba rechazarlo como algo abominable. Espero que eso
cambie.
Estos son testimonios recogidos de diferentes maneras, a través
de los mismos adolescentes, de maestras e inclusive de directores y empleados
de estas instituciones quienes optan por quedarse callados ante tales hechos. Que
el Papa haga este llamado de respeto, aceptación
y tolerancia a la niñez homosexual es importantísimo.
Veo sumamente positivo entre todo lo dicho por el Papa, el
llamado a no discriminar a nadie por su orientación sexual. Creo que era
necesario, la iglesia católica ha debido hacerlo mucho antes. Yo espero que su
voz tenga resonancia en fieles, sacerdotes, obispos, en la gente en general.
Espero que las iglesias, casas de abrigo católicas, escuelas
católicas cesen en su rechazo a la niñez y adolescencia homosexual. Que cesen
en sus intentos de querer cambiarles su orientación sexual. Eso hace mucho daño
físico, psíquico y emocional. Esto no es algo que lo diga solo yo.
Ya en 1990 la Organización Mundial de la Salud lo dijo, la
homosexualidad no es una enfermedad. Lo dijo Naciones Unidas a través de varios
expertos independientes, intentar cambiar la orientación sexual a las personas
ya sea a través de tratamientos psicológicos, religiosos e inclusive con métodos
de electrochoques o de índole similar constituye tortura así como tratos
crueles y degradantes que causan
terribles danos y son crímenes graves.
Yo espero que esto sirva para que desde los pulpitos de las
iglesias cesen los discursos que estigmatizan y perpetúan el rechazo a las
personas homosexuales.
Espero que esto sirva para que se de un acercamiento con la
iglesia católica y esta cese en su intento de interferir en el avance de DDHH de personas homosexuales. Pero
sobre todo que ningún otro niño, niña y adolescente sea discriminado debido a
su orientación sexual.