Siguiendo con los relatos sobre las jornadas de recolección de firmas les
voy a contar sobre los eventos más recientes en los que he participado.
El día viernes 20 de septiembre, por invitación de las chicas de la campaña
“Estoy a Favor” asistí al concierto de José Alejandro Delgado y la Juntadera.
Debo reconocer que antes de este concierto no había escuchado nada sobre este
cantante ni su juntadera.
El concierto
se llevó a cabo en el Teatro Nacional. Aunque estaba convocado para las 5:00 p.m.
, el bochinche no comenzó sino hasta las 7:00 p.m. Nada saludable para mi intolerancia a
la impuntualidad. No obstante, en este evento la impuntualidad fue sumamente
conveniente. Mientras estábamos en la cola, las chicas y yo aprovechamos de
solicitar a las personas su firma en apoyo al matrimonio entre personas del
mismo sexo en Venezuela. Debo reconocer que la receptividad de las personas fue
muy grande. La jornada fue agradable y bastante productiva. Aunque si tuve
personas que se negaron a firmar, ninguno hizo algún comentario desagradable ni
hubo episodio agresivo. Luego de la tarea de recolección, me senté a disfrutar
del concierto. Confieso que en algún momento sentí mucho sueño y ganas de
regresar a mi casa, pero me quedé y al final terminé por disfrutar del
concierto que como todo al parecer dejaron lo mejor para la última parte.
La siguiente jornada de recolección de firmas la realicé el día domingo 6
de octubre durante el concierto que se llevó a cabo en la Plaza Alfredo Sadel
posterior a la carrera Caracas rock 2013. Como no estoy interesada en las
carreras ni maratones ni ninguna actividad deportiva por el estilo, la idea de
ir a recoger firmas en este evento fue de los chicos de Pro-Inclusión, el grupo
pro LGBTI del partido político Voluntad Popular. Acepté la invitación que me
hicieron el día 26 de septiembre en el Centro Cultural Chacao durante la
presentación de la obra Improsexual. Llegado
el día sábado 5 de octubre pregunté sobre la confirmación de la jornada de
recolección y no recibí respuesta alguna. Tarde esa misma noche del sábado recibí
un mensaje de uno de los chicos para confirmar asistencia al evento la mañana
siguiente a las 7 a.m. Apegada a mi puntualidad, llegué a la hora en punto y
acudí al lugar acordado. 30 minutos más tarde, nadie se había aparecido, nadie
me había enviado un mensaje con una explicación o excusa, era obvio que había
sido objeto de un popular embarque típico de un domingo en la mañana y por
parte de jóvenes aún adolescentes. Ya en el lugar y con todo el material listo,
decidí emprender la labor de recolectar las firmas yo sola. Esta mañana (miércoles 9) mientras veía el
programa de Carlos Fraga, le escuché mencionar las palabras de un conferencista
experto en temas de adolescencia, cuyo nombre no recuerdo, pero quien según Fraga
suele iniciar sus charlas afirmando lo siguiente: “los adolescentes no son
dignos de confianza”. Nada más apropiado para ese momento que viví.
Cualquiera pensaría que entre 25 mil corredores más sus familiares y el
resto de los asistentes al evento se recabarían muchas firmas, pues no fue así.
También se pensaría que por ser una zona del este de la ciudad metropolitana de
Caracas la receptividad sería considerable, el trato sería amable y respetuoso,
pues se equivocan. Encontré mucho rechazo, peor aún, gestos de desprecio, indiferencia,
trato despectivo y en ocasiones fui totalmente ignorada. Sin embargo, no todo fue malo, se me acercó mucha gente de
manera voluntaria, gente que me daba las gracias por la iniciativa, gente que
me deseaba suerte y me regaló muchas palabras de ánimo.
La mañana fue calurosa y soleada. El sol estaba radiante. El concierto estuvo buenísimo. Yo no tengo ni
la mínima idea de quienes estaban cantando, era un montón de gente que no
conocía. Me pareció curioso que siendo un evento llamado “Caracas Rock”, gran parte
de quienes cantaron eran raperos. Quizás debió llamarse “Caracas rap”.
Aquí algunos de los comentarios que recibí y/o escuche pues en ocasiones ni
daban la cara, para justificar el no firmar o para expresar rechazo: “yo no
firmo porque soy cristiano y mi religión me lo prohíbe”. Respeto sus argumentos
y no tengo ninguna intención de convencerlos pero no puedo evitar pensar y
preguntarme ¿no se dan cuenta de que son prisioneros de su religión? Otro
comentario: “eso es pecado”, ¿en serio? ¿De verdad? ¡Sin comentarios! Un hombre
que fue incapaz de pararse y hablar de frente, me pasó por un lado y dijo: “váyanse
para España y se casan allá”. ¿Qué tal? En
fin… ahí les dejo eso como reflexión. Lejos de sentir desánimo, corroboro lo
que he pensado y expresado desde hace ya mucho tiempo, que en Venezuela solo hace falta educación,
mucha educación sobre el tema. Y ciertamente eso me anima a continuar.
Ese mismo día, ya casi a horas del mediodía y de regreso a casa, decidí
pasar a saludar a mis amigos de la clínica veterinaria y peluquería de mis
perros desde hace 4 años la tienda Razas. Que desde ahora declaro la tienda de
mascotas amiga de los homosexuales “Razas, the most gay friendly pet store in Caracas”.
Solo allí y en menos de 20 minutos logré recolectar 15 firmas. Dos jornadas más de recolección que me dejan
muchas experiencias.
Gracias a las chicas de la campaña “Estoy a favor”, a los chicos de
Pro-Inclusión de Voluntad Popular por el embarque y a mis amigos de la Tienda Razas. A todas las personas que siguen apoyándonos y
en especial a Ignacio Armas quien me tomó unas lindas fotos durante el evento
del Caracas Rock.