martes, 14 de abril de 2015

“La lucha por los derechos LGBTI es una lucha política, pero no política-partidista”


Pepe el Toro

El Libertario conversó con Quiteria Franco, activista y coordinadora de la Red LGBTI de Venezuela, para conocer la iniciativa y sus exigencias.
- La red LGBT ha tenido varios momentos y ahora eres su coordinadora. ¿Puedes contarnos un poco de esta experiencia organizativa?

- La primera que surgió fue en el 2001, se llamaba Red GLBTI en ese entonces. Y había 5 ó 6 organizaciones, 2 organizaciones de VIH y las demás eran GLBT. Eso tiene un período de funcionamiento de 3 ó 4 años y luego comienzan a surgir diferencias porque en ese momento comenzaba la división política en el país, esa que estamos viviendo hoy, y las organizaciones LGBTI no han sido ajenas a esa división. Luego surgieron dos organizaciones nuevas de personas trans, Divas de Venezuela y Transvenus. Luego se forma otro grupo, llamado Grupo de Trabajo LGBTI, por el 2004. Se reúnen y ahí estaba Divas, Transvenus, Amazonas de Venezuela y estaba otra organización llamada Alianza Lambda, que también estuvo en la primera. Y ese grupo de trabajo duró como 2 ó 3 años. Luego vino un vacío, entre el 2007 y el 2009. En ese año llega Edgar Carrasco, que era el oficial país de Onusida. Se reúne con las organizaciones y promueve la creación de la red LGBTI y a partir de ese año es que comienzan las actividades. En el 2011 se entregó una agenda legislativa a la asamblea, antes se había realizado una marcha. Este fue muy productivo. Como he estado haciendo la revisión histórica, me di cuenta que a través de la red se hizo mucho. Si la clave de todo está en que las organizaciones trabajen de manera unida, sin que eso signifique que sacrifiquen sus propósitos o sus actividades personales, oye ¡vamos a hacerlo! Cuando asumo la coordinación de Unión Afirmativa digo “Voy a llamar a las organizaciones que formaron parte de esta última red a ver si quieren reunirse”. Fui vendiendo la idea uno a uno, afortunadamente la compraron. Al principio éramos 10 organizaciones y de un día para otro comenzaron a retirarse. De la última Red, el último intento, que fue del 2009 al 2012, surgieron dos personas que se involucraron con actividades políticas. Eso causo un poco de fricción. Y por eso ahora se comenzó a tildar la red como “de derecha”. Todo el que me ha preguntado le he dicho que no. Yo no tengo esa formación. Me he metido en esto por la defensa de los derechos humanos de las personas LGBTI, que siento que han habido muchos intentos y buenas intenciones, se han logrado cosas, pero creo que falta mucho empuje. Ahorita hay 5 organizaciones en la red, todas de Caracas. Y hay unos activistas individuales, que a pesar de tener militancia partidista, dentro de la red están a título personal.

- ¿Lamentas esa situación de descalificaciones?

- Lo hacen con base a lo que conocen, lo que era antes la red. Y no han dado oportunidad a que este nuevo grupo, que es totalmente distinto, comience a realizar las actividades, sino que se ha juzgado desde un principio. Trato de no prestarle atención, pues mi función es coordinar actividades entre las organizaciones que estamos y a medida que se vaya viendo el trabajo que hacemos el que se quiera unir, adelante.


- ¿Qué tan importante es para ustedes ser independientes de los partidos políticos?

- Ahorita con la situación que tenemos en el país es súper importante dejar eso claro. Yo no tengo ninguna inclinación partidista, obviamente tengo mis derechos políticos que ejerzo. Si bien la lucha por los derechos LGBTI es una lucha política, no es una lucha política-partidista, y eso debe quedar muy claro, pues es así como vamos a ganar apoyo.

- Cuál es tu balance de los avances y retrocesos en los derechos de la comunidad LGBT en Venezuela?

- Es conveniente dividir los logros de dos maneras. Desde el punto de vista legal y desde el punto de vista social. Desde el punto de vista legal no puedo hablar de muchos logros, porque no los hay. Lo que hay hasta ahora es, entre 10 ó 11 leyes donde se menciona la prohibición de discriminación por razones de orientación sexual, sin embargo esa mención no va acompañada de una medida real que permita que una persona que ha sido discriminada vaya a una institución y presente una denuncia. Primero porque no hay un ente calificado para aceptar estas denuncias, y una de las cosas que me sorprendió hace poco, en octubre pasado, donde estaba el representante legal de la Defensoría del Pueblo (DP), nos dijo que ellos estaban de manos atadas porque no tenían ningún instrumento que les permita ayudar a una persona que presente una denuncia por discriminación. Entonces yo dije “Bueno, estamos aquí indefensos”, porque si la misma DP asevera esto, entonces nosotros no estamos haciendo nada. ¿Hay avances desde el punto de vista legislativo? No los hay. Los hechos están ahí: No hay documentado ninguna denuncia por discriminación en el trabajo, o en la escuela. Hay casos que menciona Cecodap sobre el bullyng en las escuelas, pero todo eso es trabajo de las organizaciones. Desde el punto de vista del Estado no hay ninguna iniciativa de comenzar a resolver el problema de discriminación. Desde el punto de vista social si ha habido avances. En estos días conversando con alguien le estaba haciendo una lista de las cosas que se estaban haciendo en Venezuela y sí, tenemos una caminata del 17 de mayo contra la homofobia y la transfobia, tenemos la marcha del orgullo gay, el mismo mes de junio hay un festival de cine, hay un festival de teatro. En septiembre y en diciembre hay dos festivales más que tienen que ver con diversidad sexual. También hay exposiciones sobre diversidad sexual. Desde el punto de vista de iniciativas culturales, desde las organizaciones, si hemos avanzado. Hace poco hicimos el primer evento de la red, en donde tuvimos invitado a Edgar Carrasco y él, que tiene en el activismo LGBTI mas de 30 años, decía, “¿Hay avances sociales?, sí los hay. El hecho que estemos aquí, en esta sala, prestada por un ente cultural de una alcaldía es bastante. Porque yo cuando comencé nuestras reuniones eran clandestinas”.

- ¿Cuáles son los principales desafíos del movimiento?

- El principal problema es esa división que todavía existe. ¿Qué es lo que necesitamos? Tres cosas básicas. Una ley que prohíba la discriminación por orientación sexual e identidad de género", esa ley que a su vez estipule los crímenes de odio para a su vez sancionarlos. Junto con eso un instituto que se encargue no solamente de recibir las denuncias, sino de emprender campañas contra la discriminación. Obviamente el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo, sino lo quieren llamar matrimonio llámenlo de otra manera, pero el reconocimiento legal por derechos hay que hacerlo. Y no se trata de que nos los otorguen, sino que dejen de impedir el disfrute de los derechos. No les estamos pidiendo dadivas, sino que sencillamente hay un mandato internacional por los DDHH y el gobierno hasta ahora lo ha impedido. La tercera es el reconocimiento de la identidad de las personas trans, y no solamente con darles la cédula. En otros países como Colombia y Argentina se han creado programas de inserción de las personas trans. Yo no dudo que haya trabajadoras sexuales que lo hagan porque quieren, pero hay muchas que están allí porque no tienen ninguna otra opción dentro de la sociedad. Las personas trans necesitan su identidad y necesitan un trabajo que puedan realizar con respeto y dignidad. Que al momento de ir al banco no tengan que ser humillados por un cajero que no les quiere dar su dinero, por ejemplo. Ese pequeño papelito otorga dignidad y respeto como ser humano.

- Comparativamente ¿Cómo estamos con la situación de los crímenes de odio?

- El asesinato de una sola persona es un hecho grave. Si nos comparamos con países como Uganda, o países de África no estamos tan mal. Si nos comparamos con Trinidad y Tobago, países donde la homosexualidad es ilegal, no estamos tan mal. Pero el hecho que haya un solo asesinato ya es grave. Las últimas cifras que tenemos, publicadas por Accsi, nos hablan de 90 crímenes de odio, de los cuales 45 fueron asesinatos. Esto en el período 2008-2013. Y de todos estos casos, apenas dos han tenido solución. Y vemos como se utiliza la orientación sexual para insultar, y muchas de esas cosas hemos visto que vienen desde los máximos representantes del Estado.

- ¿Planes para este año?

- Ya tenemos una agenda de la red para todo el año, en principio vamos a trabajar con actividades públicas como charlas y conversatorios. Obviamente vamos a participar en las actividades, como la caminata contra la homofobia de Mayo, la marcha del orgullo gay en junio y todas las actividades que usualmente se realizan en el año. También hemos pedido una audiencia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para denunciar la situación de la comunidad GLBTI en Venezuela.

¿Quién es Quiteria Franco?

"Quiteria Franco es una mujer, profesional, que hasta hace poco estaba dedicada a la enseñanza de inglés en la universidad, muy tranquilita. Sin embargo, nunca estuve ajena del activismo. En el 2003 tuve mi primera incursión cuando conocí a Jany Campos, Amazonas de Venezuela, que fue la primera organización de lesbianas. Fue el primer contacto que tuve y colaboraba con ellas de manera muy timida: Colaborara con artículos para su web, que si yo los leyera hoy en día no los publicaría. Podía decir inclusive que estaba todavía en el closet, no había tenido ningún tipo de experiencia en la vida real de tener una relación con una mujer, todavía estaba en esa etapa exploratoria. Me llamó la atención. Yo estaba recién llegada a Caracas, pues soy de Maracaibo, tenía como dos años apenas, y estaba todavía ubicándome. Cuando regreso hago contacto con ellas, me invitan a participar en algunos programas. El que siempre recuerdo fue un piloto que se grabó para Televen. Estaba Beatriz de Majo grabando un piloto para un programa suyo, y el tema que ella escogió fue diversidad sexual, los derechos de la comunidad LGBTI. Allí conocí a mucha gente del activismo. Luego en el 2004 conocí a mi pareja y eso me cambió la vida, pues me dediqué a mi relación, sin embargo no dejaba de asistir a las actividades. En el 2009 regresé al activismo de lleno, participando en ese momento en la recién creada Red LGBTI y vi que había mucha actividad, así que retomé el contacto con los activistas que conocía. Había tenido entonces esas participaciones de manera tímida. En el 2012 el grupo de diversidad sexual de la Universidad Simón Bolívar se queda acéfalo porque se fue Jesús Ravelo, su anterior asesor. Yo entré en contacto con los muchachos y ellos tenían necesidad de un asesor y yo me ofrecí. Ellos tomaron la oferta, luego me hicieron la invitación formal y allí comencé de lleno en el activismo desde la universidad. Y para poder hacer actividades allí tenía que tener contacto con los activistas de fuera, para invitarlos. Y poco a poco me fui metiendo en contacto en las actividades. Hace poco lo que terminó de impulsar la cosa es que me metí en la discusión del proyecto de VIH, protección y promoción de los derechos de las personas que viven con VIH. Así que de allí comenzó un camino que me llevó a donde estoy ahorita. En el 2013 José Ramón Merentes me hace la invitación formal a que trabaje con él en Unión Afirmativa, el decide irse en el 2014 y me dice ¿tu quieres asumir la coordinación? Y yo le digo “Bueno, sí”. Y así llegué a esto".

El usuario twitter de Quiteria Franco es @qfranco

Entrevista publicada en marzo 2015 en El Libertario

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