Sobre la ley de
vagos y maleantes y las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e
intersexuales (LGBTI).
En muchas ocasiones he escuchado y leído a personas conocidas y amigos afectos
al gobierno nacional expresar que “solo en revolución las personas LGBTI pueden
expresarse libremente, porque durante la IV República eran acosados,
perseguidos y detenidos por la policía bajo el amparo de la ley de vagos y
maleantes.” Hace poco me dedique a la tarea de investigar un poco sobre la tristemente
famosa ley de vagos y maleantes y me encontré con unos datos históricos bien
interesantes.
La ley de vagos y maleantes de Venezuela fue una copia de la ley de vagos y
maleantes española. En España esta ley
fue dictada el 4 de agosto de 1933, durante la II República que precedió la
dictadura del general Francisco Franco.
Quienes dicen haber sido víctimas de esta ley, aseguran que la misma fue
utilizada para discriminar y maltratar a los homosexuales y trans que se
dedicaban al trabajo sexual. Se implementaban las llamadas redadas policiales
en las que llegaban los camiones de la policía y se llevaban presos a todos
aquellos que según está ley fuesen considerados como personas que atentaban
contra la moral y las buenas costumbres. A efectos de esta ley, los santeros,
adivinadores, mendigos y personas que pedían limosna, entre otros, se
consideraban “vagos” tal como se definía en la ley, en total eran 17 las diferentes
tipos de personas así calificadas . De
manera que desde cualquier punto de vista la ley era violatoria de los derechos
humanos.
En Venezuela esta ley fue aprobada el 14 de agosto de 1939 y reformada el
15 de julio de 1943. Estuvo vigente desde ese entonces y hasta el año
1997. Ahora bien, si es cierto que la
ley sirvió para violar los derechos humanos de muchos homosexuales. También se
debe recordar que hasta el año 1990 la homosexualidad era considerada una
enfermedad según la Organización Mundial de la Salud, año en que se excluyó de
la lista de patologías mentales. De manera que tanto la homosexualidad como la
prostitución eran según esta ley motivo de detención de una persona pues se
presumía podía causar perturbación a la comunidad. No trato de justificar la ley, ni mucho menos
la actuación de los cuerpos policiales, pero era lo que para ese entonces se
pensaba, se creía y se sabía sobre la homosexualidad. Así que hay que tomar en cuenta las circunstancias.
Aún hoy en día, con todo lo que se ha avanzado en materia de estudios e
investigaciones sobre la homosexualidad, la homofobia y todo lo referente a la
sexualidad no heterosexual, se sigue discriminando, es entonces comprensible
más no justificable la existencia de esa ley y el comportamiento de las
policías en ese entonces. Igualmente, en por lo menos 70
países todavía se castiga la homosexualidad con pena de muerte o la cárcel.
El proceso para la declaración de la ley como inconstitucional inició el 17
de julio de 1985 por iniciativa del abogado José Fernández Núñez quien acudió
ante la otrora Corte Suprema de Justicia para interponer una acción de
inconstitucionalidad total contra la Ley sobre Vagos y Maleantes, demanda que
fue admitida el 13 de agosto del mismo año. Finalmente y luego de casi 12
años, el 14 de octubre de 1997, luego de
analizar diversos argumentos, incluso el carácter violatorio de los derechos
humanos de la Ley sobre Vagos y Maleantes, la Corte declaró su
inconstitucionalidad.
Así pues, como se puede ver la ley quedó proscrita durante la llamada IV
República, fue durante la administración del antiguo poder judicial que se
declaró su inconstitucionalidad. No se puede asegurar entonces que la libertad
de tránsito y del disfrute de espacios públicos por parte de las personas LGBTI
se deba a la denominada revolución.
La constitución venezolana, vigente desde el año 1999, ciertamente es un
gran avance en materia de protección de los derechos humanos pero obedeció al
trabajo de muchas personas y por iniciativa del fallecido Hugo Chávez. Pero
también es en respuesta a los acuerdos internacionales firmados y ratificados
por Venezuela en materia de derechos humanos.
Cabe resaltar que en un reciente reporte de resultados de una investigación
realizada por ACCSI de Venezuela se contabilizaron 91 crímenes de odio contra
personas sexo diversas por razón de su orientación sexual, identidad o
expresión de género. Datos que fueron tomados de los medios de comunicación ya
que durante los 15 años de este gobierno todavía estos crímenes son reportados
como “ajuste de cuentas”, “problemas pasionales”, riñas personales” u otro
asunto no relacionado con la realidad.
Excepto por algunas leyes donde se menciona la protección a las personas
por su orientación sexual bajo la categoría de “otros” en 15 años no ha sido
mucho el progreso que se ha logrado en materia de protección legal de las
personas LGBTI, por el contrario, se ha retrocedido en muchos aspectos. Para
mencionar tan solo uno: desde el año 1999 no se ha otorgado ni un solo cambio
de nombre a ningún persona trans. A pesar de las muchas solicitudes que se han
hecho y en las que personalmente he acompañado a presentar ante el CNE y/o el
registro civil, entes encargados de este procedimiento. No existe además ningún
tipo de protección a las familias conformadas por personas del mismo sexo.
Así que, me parece a mí, que las personas sexo diversas afectas al gobierno
que repiten constantemente y utilizan la ley de vagos y maleantes para comparar
y contrastar la IV y la V República deben tener claro que esa ley fue proscrita
durante la IV no durante la V.
El avance de los derechos humanos en Venezuela se debe, en gran parte, a la
modificación de la constitución del 99, pero también a la presión internacional
que ahora conocemos y seguimos gracias a la globalización y los medios de
comunicación. A la eliminación de la
homosexualidad como una patología mental por parte de la OMS y del
reconocimiento de los derechos humanos de las personas LGBTI a nivel mundial, y
a donde Venezuela todavía no ha querido entrar y muy a pesar de tener un
gobierno de izquierda desde hace 15 años.
Lo que debemos resaltar es el gran logro y avance que significó la
eliminación de esa ley, pero queda mucho trabajo por hacer. En la mente y
cultura de muchos venezolanos persiste la idea de que la homosexualidad es una
desviación, una enfermedad y para los religiosos de diferentes corrientes sigue
siendo un pecado y son esas creencias las que alimentan la discriminación
contra las personas LGBTI. La meta debe ser derrumbar estas creencias. Es hora
de dejar la ley en el pasado. Basta de mirar al pasado como si hubiese sido lo
peor cuando el presente no es precisamente el paraíso. Debemos hacer uso de las
herramientas legales y la educación para que no haya más discriminación y
violación de los derechos humanos de las personas LGBTI.
Fuente consultada:
Gaceta Oficial de la República de Venezuela número 25,129.