A mí me encanta ir al cine. Soy de las personas que persigue los festivales
de cine. Desde hace años soy asidua al festival de cine francés, el italiano,
el latinoamericano, más recientemente al festival de cine de la Diversidad
Sexual. Los dos, el que se hace en junio durante el mes de la dignidad de las
personas sexo diversas y el que se realiza en septiembre, el FESTIIDVQ. También
recuerdo haber asistido a un festival de cine chino. Por supuesto que también he
ido al festival de cine independiente. En el marco de este último festival, hoy
fui a ver la película “Las ventajas de ser invisible” cuyo título original en
inglés es “The Perks of Being a
Wallflower”. Confieso que no soy muy dada a ir a las
salas VIP de los cines. Siempre las he evitado por varias razones que no voy a
detallar aquí, pero principalmente, me parece que no vale la pena pagar más por
hace exactamente lo mismo que haces en cualquier otra sala que no es VIP.
Últimamente me ha sucedido que voy al cine y cuando llego la película que
quiero ver no está allí, bien porque vi la cartelera en domingo y voy el lunes
o bien porque mi nivel de desubicada ya llega a este punto, pues, ni modo. Me
sucedió ayer lunes, revisé en la página web del Circuito Gran Cine y vi que la
película estaba exhibiéndose en Centro Plaza. Cuando llegué, la película no la
estaban exhibiendo allí. No me quedó más remedio que optar por otra película y
vi The Great Gatsby. La sala Cinex de Centro
Plaza solía ser mi preferida, por ser muy tranquila y quienes allí iban solían
ser personas de la tercera edad. Eso, al parecer ha cambiado. Ayer la sala
estaba llena, quizás por ser lunes popular, pero además tenía también muy mal
olor. El aire acondicionado, o no estaba prendido, estaba dañando o
sencillamente estaban tratando de ahorrar electricidad. La sala estaba muy
caliente, no se sentía agradable.
Para satisfacer mis ganas de ver “Las ventajas de ser invisible”, fui a verla
hoy día martes. Busqué bien la información para no equivocarme nuevamente y
verifiqué que está en Cinex El Tolón, en Concresa y en el cine del Trasnocho
cultural, es en esta última sala no estaba hoy. Concresa me queda lejos, de
manera que, la única opción era Cinex Tolón.
Mi primera y única experiencia en el Tolón fue hace algún tiempo ya.
Recuerdo que era un día jueves. Las colas para comprar los boletos eran larguísimas
y para comprar en el área de dulcería era igual o peor. Cuando entramos a la sala,
esta estaba sucia y olía muy mal. Desde que se permite consumir alimentos en
los cines, la cosa se ha tornado en una pesadilla, al menos para mí. Yo jamás entenderé eso de comer en el cine. Yo
voy al cine a ver una película, si quiero comer, caramba me voy a un
restaurante, antes o después de la función.
Imagino que han vivido lo que les digo, una sala de cine donde caben mínimo
200 personas, todas comiendo cotufas, perros calientes, tequeños, algunos comen
inclusive pizza y también hay salas que sirven sushi; por amor a la vida, la
mezcla de olores es insoportable. En
serio, a quien sea que se le haya ocurrido que es una buena idea comer en el
cine pues se equivocó. Para mí, es un desastre.
Pero hoy, mis ganas de ver la película me obligaron a regresar al Cinex Tolón.
Cuando llego, la cola para comprar el boleto no era muy larga. Cuando compro el
boleto, la chica me dice son Bs. 95. Me sorprende ese precio pero no hago
ningún comentario. Al entregarme el boleto me dice, el boleto incluye un servicio
de cotufas de cortesía que podrá solicitar en el área VIP. Cuando revisé la
cartelera en casa, vi que el precio del boleto de cine cuesta Bs.60. en las
salas que no son VIP.
Como ya era casi la hora de comenzar la función, me dirigí a la sala
inmediatamente. La señora que me revisa el ticket me dice que el área de dulcería
de la sala VIP no está funcionando, así que tendría que retirar las cotufas en
el área general. Luego de ver que la
cola estaba larguísima decidí subir sin pedir las cotufas.
Al salir de la función fui a buscar mis cotufas, al revisar el precio de
las cotufas sin combo y en combos, veo que el precio del servicio de cotufas
regular, que supuestamente es cortesía de la sala VIP, es Bs. 35. De manera
que, 60 más 35 de las cotufas son 95 bs.
Lo que cuesta la entrada a la sala VIP. De verdad está gente cree que uno es estúpido.
No solo nos obligan a ver la película que queremos en una sala supuestamente
para Very Important People o, Very Intelligent People como dirían otros, sino
que además te obligan a comprar un servicio de cotufas pero que adicionalmente
nos mienten y pretenden hacernos creer que es una cortesía. Sinceramente, la
situación, lejos de hacerme sentir a “Very Important or Intelligente person”,
me hacen pensar que realmente nos consideran y tratan como idiotas. Esto es sinceramente un abuso. Mientras veía la
película, accidentalmente se me cayó un objeto que tenía en las manos, cuando metí
la mano a los lados del asiento encontré restos de cotufas, que no quiero
pensar cuanto tiempo tendrían allí. Esto dice mucho de la limpieza del lugar. Cuando quise lavarme las manos, solo uno de los
dos sanitarios de damas estaba funcionando el otro estaba cerrado,
supuestamente por falta de servicio de agua.
Así pues, me parece a mí que, en vez de estar inaugurando nuevas salas 4D,
deberían ocuparse de mejorar la limpieza, el servicio y la atención de las
salas que ya existen. De otra manera, esta situación, aunada a los casos de
atracos en los cines, razón por la que dejé de ir durante mucho tiempo, redundará
aún más en la disminución de las visitas a las salas de cine, por lo menos de
mi parte.
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