El año pasado,
2012, descubrí por casualidad un grupo religioso católico mexicano. Este grupo
se denomina Grupo Católicas por el Derecho a Decidir (GCDD). La descripción de
este grupo tal como aparece en su página de Facebook dice lo siguiente:
“Somos un grupo de personas
católicas compuesto principalmente por mujeres, aunque cada vez hay más hombres
jóvenes colaborando en la difusión de nuestra propuesta. Formamos parte de un
movimiento en el que participan católicas y católicos de muchos otros países,
particularmente de nuestra región. Pertenecemos a la Red Latinoamericana de
Católicas por el Derecho a Decidir (CDD/AL), articulación de organizaciones semejantes a la nuestra, integradas por
personas católicas comprometidas con la búsqueda de la justicia social y el
cambio de patrones culturales y religiosos presentes en nuestra sociedad que
vulneran los derechos humanos de las mujeres”.
Así mismo explican que esta Red tiene presencia en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, El Salvador, Nicaragua y Paraguay. La Red también incluye un grupo de católicas por el Derecho a Decidir en España, integrada por mujeres católicas y feministas, que se identifican con los planteamientos y actividades de CDD América Latina. Así mismo, colaboramos con Catholics for Choice, organización no gubernamental con sede en Washington que promueve la reflexión y acción política en defensa de los derechos reproductivos de las mujeres y el aborto seguro.
Me resulta curioso que Venezuela, país que se dice ser tan católico, no sea parte de esta red. Imagino las razones, el catolicismo de Venezuela es de papel y apariencia.
Así mismo explican que esta Red tiene presencia en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, El Salvador, Nicaragua y Paraguay. La Red también incluye un grupo de católicas por el Derecho a Decidir en España, integrada por mujeres católicas y feministas, que se identifican con los planteamientos y actividades de CDD América Latina. Así mismo, colaboramos con Catholics for Choice, organización no gubernamental con sede en Washington que promueve la reflexión y acción política en defensa de los derechos reproductivos de las mujeres y el aborto seguro.
Me resulta curioso que Venezuela, país que se dice ser tan católico, no sea parte de esta red. Imagino las razones, el catolicismo de Venezuela es de papel y apariencia.
Este grupo en particular tal como mencioné antes tiene una página en
Facebook, tienen una página web: http://www.catolicasmexico.org/ns/
y una canal en Youtube: http://www.youtube.com/user/CatolicasMexico
Lo interesante de este grupo es
precisamente el mensaje que transmiten a través de sus videos. Son videos de
corta duración pero densos en contenido. En ellos se muestra a un sacerdote (El
padre Beto) y una monja (Sor Juana). Es una campaña cuyo objetivo es tal como
lo dicen en su página web: “persigue contribuir al debate público en torno al
papel de la Iglesia católica en la sociedad mexicana, específicamente en el
contexto de la visita del papa Benedicto XVI y del proceso electoral;
evidenciar las incongruencias entre la falta de compromiso de la jerarquía católica
en la defensa de derechos humanos fundamentales por un lado, y las enseñanzas
del Evangelio y la tradición católica por el otro; y, mostrar las opiniones a
favor de los derechos humanos de mujeres y jóvenes de la inmensa mayoría de los
creyentes de esta Iglesia”.
Los personajes, a través de
diversas situaciones, abordan temas como el aborto y los derechos reproductivos,
la pederastia, la discriminación contra las mujeres, el uso de métodos
anticonceptivos, la excomunión, la intervención de la iglesia en la política, la homofobia, la homosexualidad, la violencia
sexual y de género y procuran dar consejos para tener una nueva y mejor iglesia
católica.
Hoy día ya van por la tercera
temporada. La primera y la segunda temporada cada una tiene 12 capítulos, cada
video tiene una duración aproximada de entre dos y cinco minutos. Se las recomiendo.
Aquí les dejo una muestra y el
resto la encuentran en Youtube. Que la disfruten y sobre todo que la
aprovechen.
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