viernes, 5 de junio de 2015

Terminología sobre LGBTI. Recomendaciones

Imagen pública tomada de Google. 

He observado con cautela desde hace algún tiempo como el auge del tema sobre las personas LGBTI una tendencia al uso de términos  no reconocidos ni utilizados por el sistema inter-americano y el sistema universal de derechos humanos, lo cual me ha motivado a escribir unas recomendaciones al respecto de este tema.  
No pretendo imponer el uso de una terminología, pretendo realizar recomendaciones a respetar y utilizar los estándares internacionales sobre la terminología relaciona con las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersex (LGBTI), en particular, para académicos, periodistas, estudiantes y activistas o defensores de derechos humanos y la población en general.

Tanto la Comisión Interamericana de derechos humanos (CIDH) como la Organización de Naciones Unidas (ONU) han establecido las siglas LGBTI para referirse a las personas lesbianas, gays (gais), bisexuales, trans e intersex. En el sistema universal por su parte se utilizan las siglas SOGI en inglés para hablar de Sexual Orientation and Gender Identity; mientras que en español se utiliza OSIG para Orientación sexual e identidad de género. Aunque vale acotar que en español también se utiliza y agrega la “expresión de género”.  

Aunque la CIDH en su documento expresa que son solo recomendaciones y acota que en ciertos países y regiones se agregan otras letras a la nomenclatura y el orden puede ser diferente, las siglas LGBTI son las que ellos recomiendan.

Particularmente, me gusta hablar de “personas LGBTI” primero porque se trata de humanizar a las LGBTI, grupo que históricamente ha sido visto con cierto desprecio hasta el punto de ser calificados como enfermos y comparados con los pedófilos, ser considerados un desecho social.  De tal manera que al hablar de “personas LGBTI” estamos enfatizando el carácter humano, de ciudadano como miembro de la sociedad con plenos deberes y derechos.

Segundo, porque al mencionar las siglas nos aseguramos de estar incluyendo a la gran mayoría que forma parte de este gran grupo de personas  con orientación sexual, no heterosexual y con identidad o expresión de género trans.

¿Cuál es la recomendación?
1. Utilizar y respetar la terminología estándar sugerida y reconocida a nivel mundial con las siglas LGBTI. 2. Evitar el uso de términos no reconocidos por los organismos internacionales.

L-Lesbianas     
G-Gais  (La Fundación del Español Urgente recuerda que la forma correcta en castellano del plural de gay es gais y no gays)
B- Bisexuales     
T-Trans   (término que incluye a personas transgéneros, transexuales y trasvestis)  
I-Intersexuales.

¿Qué es eso de “diversidad sexual”?

Diversidad sexual es una terminología que parece ser de uso casi exclusivo en Venezuela y en algunos países latinoamericanos.  Al parecer, su llegada a Venezuela viene desde el CENESEX de Cuba y así se ha ido expandiendo por Latinoamérica.

Al hablar de diversidad sexual se entiende que se incluye a las personas LGBTI y, adicionalmente, a las personas heterosexuales, asexuales, pansexuales, personas queer, andróginas, cisgénero,  etc.
Hasta acá vamos bien. Particularmente no me molesta hablar de diversidad sexual, entiendo que todos somos diversos de muchas maneras y naturalmente ya hemos visto y experimentado que la sexualidad es variada y variable.

No obstante, existe una tendencia a la utilización de un neolenguaje, que ya no se limita al ámbito político venezolano si no que se ha expandido al área del tema sobre personas LGBTI. Entonces nos encontramos con términos como “sexo-género diversos”, “sexo diversos”,  “grupos sexodiversos”, “comunidad de sexo diversos” tal como aparece en la Ley para la Promoción y protección de personas que viven con VIH y sus familiares. E inclusive unos menos comunes como “sexo-disidentes”, “transgenas” o “transgénero-disidentes”, entre otros.

Si usted está realizando un trabajo para su liceo, universidad, instituto universitario, si usted es periodista y está escribiendo una nota, si usted es activista, por favor, siga las recomendaciones.  1. Siga los estándares internacionales y 2. Evite el uso de esta terminología que no está reconocida y que rompe con las normas que unifican el lenguaje sobre las personas LGBTI.       
    
Ahora bien, si usted como individuo se identifica con estos términos de la neolengua, perfecto utilícelos en su día a día, entre sus amigos, conocidos, en fin, en su cotidianidad.  En realidad la lengua es dinámica y cambia y se adapta, pero creo que por ahora cuando apenas estamos comenzando a consolidar el tema con madurez y seriedad seamos parte de quienes informamos y educamos y sigamos aclarando las dudas no creando más confusión.

Una última observación: también recomiendo no hablar de “elección sexual, opción sexual, inclinación sexual, condición sexual o preferencia sexual, el término correcto es orientación sexual.  Este es otro tema que probablemente aborde en otra entrada.  

Aquí les dejo el documento con la terminología sugerida por la CIDH, OEA, para tratar el tema de las personas LGBTI.

En una nota anterior, ya mencioné algunas recomendaciones para el manejo del tema en publicaciones periodísticas a fin de evitar la discriminación y el uso de términos inapropiados.  Enlace.

Imagen pública tomada de Google