En honor a
Edixon, el transfor de la cuadra
De pequeña
en mi natal Maracaibo, crecí en una urbanización con mucho aire de barrio, de
vecindad. Mi mama no me dejaba salir mucho a jugar con los niños vecinos y
mucho menos a meterme en casa ajena porque eso no está bien, decía ella. Soy la menor de un montón de hermanos, los mas cercanos a mi me llevaban uno y tres años, son mis dos hermanos que murieron en junio y noviembre de 2021 respectivamente, así que con ellos dos tenía muchos juegos para jugar sin buscar a ningún hijo de vecino.
El ritual
de peinar mi “pelo malo” era una tortura para mí, la verdad a nadie le gustaba
ni a mí por el dolor de soportar los alones de pelo y a mi mama por el trabajo
que requería. Mi hermana mayor que tenía la tendencia a ser “toera” había
tomado un curso de peluquería y para además ahorrar algunos bolívares a mi
familia, ella se dedicaba a cortar el cabello a mis hermanos varones, a mi papa y a mí.
Lo que
ella hacía en mi cabeza no era otra cosa que salir de un problema de la manera
más simple pero la más vergonzosa para mí. Los cortes que me hacía no me
gustaban porque siempre me hacía lucir como un varoncito, lo que siempre
resultaba en que me llamaran marimacho en la escuela.
Cuando
tuve edad y la voluntad suficiente para decir que quería ir a la peluquería,
más o menos a mis 10 años, o quizás también porque ya mi hermana no quería o no podía
seguir cortando mi cabello, encontré la opción más cercana a mi casa y a los
recursos económicos de una familia de un montón de personas.
Entonces
mi hermano mayor, me recomendó ir pa' que Edixon, el marico de la cuadra, y
posteriormente conforme se iban notando sus cambios físicos, la transfor de la
cuadra. Para 1981, no hablábamos de personas trans, ni de transexualidad, eso
no existía en el vocabulario venezolano y mucho menos en el de una niña que apenas si podía expresar que no le
gustaba el corte de cabello que le hacia su hermana mayor. Pero "transfor", era la palabra que se usaba
para referirse a un marico, a una persona que se trasvistiera o una persona trans femenina por aquellos tiempos, cuando todo parecía ser lo mismo.
A Edixon
lo veía pasar por el frente de mi casa, siempre con la cabeza en alto,
ignorando los silbidos de los hombres que se paraban en la esquina a fumar, lo
que mi papá decía era marihuana, por la esquina de los marihauneros como los
llamaban.
Edixon
tendría como 25 años de edad, quizás más, era alto y de piel marrón oscura
típica de la tierra zuliana. Poco a poco en lugar de tener una apariencia
masculina, su cuerpo se iba transformando a uno femenino, sus glúteos
crecieron, sus senos comenzaron a notarse, los rumores decían que “se
inyectaba” cosas para que le crecieran esas partes del cuerpo en busca de una
apariencia femenina. Se rumoraban muchas cosas de él. Nunca escuche que tuviese
un nombre femenino, quizás para no ofender a su mama, o porque nadie se
atreviera a llamarle por otro nombre que el de nacimiento.
Entonces,
mientras dependía económicamente de mi mama, mis visitas pa' que Edixon se
hicieron frecuentes para mi respectivo corte de cabello. Lo recuerdo como una
persona muy agradable, conversador, con manos grandes pero delicadas, los
movimientos al cortar el cabello eran bruscos en ocasiones. Poco a poco vi como
pasó de solo tener una silla rudimentaria, una tijera y un peine a adecuar una
área de la casa de su mama con una silla de peluquería, toallas, lava cabeza y
muebles típicos de peluquería. Fue mejorando poco a poco. Y eso me alegraba y
cada oportunidad que tenía se lo hacía saber y le felicitaba. Lamento no recordar más de esas horas en su peluquería.
Sus
visitas a mi casa eran también frecuentes, no para entrar y sentarse a
conversar, no, él solo iba a buscar a mi hermano mayor. Sin nunca saber para qué o porque lo buscaba tanto.
Mi hermano
mayor fue toda la vida chofer de profesión, trabajo en la PesiCola, en la
Polar, pero su mala conducta y su amor por la bebida y el sexo interferían con
su capacidad para mantenerse responsable y salía y entraba de empleos con demasiada
frecuencia hasta que decidió dedicarse a manejar autobuses de transporte
público y luego autobuses de viajes largos por toda Venezuela. Sus historias de
encuentros sexuales con mujeres eran una costumbre en los encuentros
familiares. Algo así como un marinero en cada puerto.
Varias
ocasiones vi a Edixon llegar a mi casa a buscar a mi hermano y se veía con
moretones en los ojos, en una ocasión inclusive llego ensangrentado porque lo
habían robado. Y en mi casa le prestamos
ayuda.
Más tarde en la vida, en uno de los cuentos típicos de mi hermano entendí que el contacto entre Edixon y mi hermano era no solo porque era cliente de su peluquería sino porque también, nuestro querido vecino Edixon le daba mucho mas que un corte de cabello. Mi hermano tuvo además muchas mujeres y tres hijos, dos hembras y un varón. Tampoco había mucha necesidad de usar etiquetas en ese entonces.
Edixon fue la primera persona nacida como hombre que se sentía mujer, y actuaba como tal, que yo conocía en mi vida, sucedió a mis 10 años de edad. Sin saberlo entonces ya le tendíamos una mano y le apoyábamos mientras el resto del mundo le rechazaba, le golpeaba, lo insultaba y él nunca bajaba la cabeza al caminar.
Edixon
murió, no sé cuándo ni cómo. Lo sé porque cada vez que visito Maracaibo, las
pocas veces que lo hago, mi mama se encarga de hacerme el repaso de los acontecimientos del lugar, quien murió, quien se casó, cuántos hijos tienen y qué hacen.
Durante esa reunión familiar en la que mi hermano nos contó sobre sus encuentros sexuales con Edixon, mi hermana mayor, ahora convertida en evangélica dijo: “yo prefiero tener un hijo malandro a un hijo marico”. Le dije “señora no diga eso que la vida da muchas vueltas”.
Entonces supe que para intentar descubrirme y cambiar esa realidad que estaba viendo dentro de mi familia debía salir de allí, salir de la ciudad y buscar otros espacios, otra gente. Así lo hice, cuando comencé a sentir que la ciudad me era pequeña, comencé a buscar un trabajo y me vine a Caracas.
No volví a conocer una persona como Edixon durante muchos años, ni siquiera durante el tiempo que viví fuera del país, hasta que regrese y luego me mudé a Caracas.
Por allá
en el año 2002 y 2003 cuando conocí a las chicas de Amazonas
Mujeres de Venezuela.,era la primera vez que entraba a un bar/discoteca y
entonces vi a lo que se conoce como una persona travesti o drag queen haciendo
canto fono-mímico y bailando. Algo totalmente novedoso para mí. La vida nocturna no era
algo atractivo para mí, nunca lo fue, nunca lo ha sido, ni siquiera cuando era
adolescente o una joven universitaria. No me gusta, no le encuentro ninguna diversión.
Durante
muchos años en Venezuela, al igual que en muchos países, el único escenario para
ver o conocer a una persona travesti o una persona trans estaba limitado a la
nocturnidad, a los bares y discotecas. Pues durante el día, hacen su vida sin
maquillaje, con otros empleos u otras ocupaciones. Al menos yo, nunca llegué a ver a ninguna en la Universidad, ni como estudiante ni como docente.
A través de las chicas de Amazonas conocí a Rummi Quintero de la organización Divas de Venezuela y a Estrella Cerezo de la organización Transvenus de Venezuela y a Desiree Pérez colaboradora en ambas organizaciones. Estas fueron las dos primeras organizaciones de Mujeres trans en Venezuela fundadas en 2004 y hasta el día de hoy las únicas.
Para el año 2008, participe en varias marchas de protesta en Caracas, luego cuando asistí a la Marcha del orgullo en Caracas junto a las cientos de personas que solían participar pude ver muchas más personas travestis en las carrozas. En esa misma marcha conocí a Tamara Adrián de Diverlex-Diversidad a través de las leyes.
Luego en
2009, conocí a Giannina Cardenas (QDEP). Estuve de invitada en su programa de
televisión en Ávila TV, aunque a último momento decidí no aparecer en
cámara. Me alegré mucho por lo que pensé
era algo novedoso, diferente y muy positivo, así se lo exprese.
Años después conocí a Mariluchy Delgado (QEPD), quien una de las cinco presentadoras en un programa matutino en Canal I, ella murió en 2013. Tuve una impresión muy positiva de ella.
A finales de 2012, inicié la investigación para mi trabajo de grado de posgrado en la Universidad Simón Bolívar, por lo cual estaba empapándome de toda la teoría sobre la homosexualidad y la transexualidad, el insulto, el humor, el análisis de discurso y la pragmática. Así que todo alrededor del tema me interesaba. Lo que me ayudó a entender mucho más, al menos desde la teoría, complementada con el día a día.
En 2013 apoye varias de las protestas de Divas por el derecho a su identidad, siendo parte del grupo de diversidad de la USB y como una ciudadana más que solo quería apoyar una causa justa. Para ese entonces también apoyaba a José Ramón Merentes, quien era el Coordinador General de Unión Afirmativa.
Recuerdo que esa protesta, nos hicieron pasar a la dirección del registro principal, ente encargado del registro civil y el cambio de nombre según artículo 146 de la Ley Orgánica de Registro Civil que había sido modificada en 2010; conversamos con el director para ese entonces quien se comprometió a instruir a sus empleados a admitir las solicitudes de cambio de nombre a personas trans. Ya sabemos que eso no se cumplió.
Las voces de las personas trans han sido siempre muy pocas, por eso es necesario contar con aliados. Para esas fechas en 2014, la voz e imagen más representativa de las mujeres trans, desde el activismo, era la de Tamara Adrián, al menos en los medios de comunicación tenia mucha presencia. Vale aclarar que ser una mujer trans no les obliga a ser activista, ni a tener que hacer actividades de defensa de derechos humanos.
En 2014
cuando asumí la Coordinación de Unión Afirmativa sabía que estaría al frente de
una organización con una gran trayectoria y que debía dar lo mejor de mí y eso
he hecho desde entonces. Por ser una organización de derechos humanos y que
promueve derechos humanos, es necesario hablar de todas las realidades.
Como defensora
de derechos humanos no hablo en nombre de nadie, ni represento a nadie, porque
a mí nadie me ha elegido para hacerlo. Lo que si hago es hablar sobre las realidades
de las personas LGBTI porque las conozco de primera mano. Y es mi obligación además
hacer uso de cada espacio al que tengo posibilidad de hacerlo en medios de comunicación
y escenarios nacionales e internacionales. No obstante, cuando hay una persona
trans, siempre me hago a un lado para que cada quien hable sobre lo que mejor
sabe y desde su propia vivencia.
En 2014, tuve la fortuna de conocer a Isabella Santiago, quien para ese entonces se dio a conocer por ser la ganadora de un concurso de belleza Internacional donde participan mujeres trans. Hoy en día ella es una famosa actriz en Colombia.
En 2015 la invitamos a participar en un foro sobre transgenerismo, como parte de las actividades de la Red LGBTI de Venezuela. Tuvimos a dos mujeres trans y a un hombre trans quienes nos hablaron de sus experiencias. Ellos fueron los protagonistas de ese foro.
En 2015, participe
en la AGO de Amnistía en la que había una especie de foro sobre transexualidad
en la que Tamara estaría como forista, junto a Yonathan Matheus y Elena Hernaiz.
En ese momento conocí a Christina Yelamo, una mujer trans que era colaboradora
en la organización Venezuela Diversa, a quien más tarde volví a encontrar en Amnistía.
Era la
primera vez que veía tantas personas trans en un mismo salón en plena luz del
día. Varios de ellos, personas inteligentes, profesionales, otros eran activistas.
Sentí que era una ocasión especial para que en el país se conozcan a más
personas trans y salir de lo secreto, de lo clandestino, de la nocturnidad de
esa actitud de “eso no se habla”.
Pensé en
la posibilidad de que cada una de esas personas allí presentes podían comenzar
a mostrar que más allá de ser “trans” hay personas con vidas, con familias, con
formación y capacidad para desempeñarse en cualquier ámbito laboral. Sus testimonios
de vida eran todos negativos, estaban cargados de dolor pero también de
esperanza, su llamado era a no ser rechazados y a pedir una oportunidad
laboral. Lamentablemente muchos de ellos ya no están en el país.
En diciembre
de 2015, integrantes de la Red LGBTI de Venezuela y yo en calidad de
Coordinadora, una vez que supimos de la elección de Tamara Adrián como Diputada
suplente, convocamos una reunión para expresarle nuestro apoyo y retomar la
Agenda Legislativa pendiente desde 2011.
En junio de
2016, participe con una presentación en un foro universitario titulado las personas trans en la sociedad venezolana, en la Universidad
Santa Rosa, por invitación de un grupo de estudiantes de comunicación social.
En 2016, hice una presentación a Amnistía de una propuesta de Agenda
Legislativa que estábamos impulsando desde la Red LGBTI, entre esas una que
buscaba reconocer la identidad de personas trans. En esa ocasión también contamos con una gran presencia de personas trans.
En noviembre de 2016,
me invitaron a Maracaibo a hacer una presentación sobre la situación de
personas LGBTI, en el marco de la Primera Feria de Derechos Humanos del estado
Zulia. Entonces tuve la oportunidad de conocer y compartir con activistas del
estado Zulia, entre los cuales estaba Kyara Madrid. Siempre tuvimos la
intención de hacer actividades en conjunto. Lamentablemente, la distancia y los
múltiples compromisos en Caracas y fuera del país no lo permitieron. Recuerdo
haber conversado con ella en varias ocasiones sobre lo difícil que le resulta encontrar trabajo por
ser una mujer trans a pesar de tener varios títulos universitarios.
De todas las mujeres trans que había conocido hasta entonces aprendí muchísimo, a todas las he respetado, como a cualquier otra persona. Con todas ellas pude percibir que al principio hay mucha reserva ante qué decir, cómo comportarse, hay mucha desconfianza, se podría decir que hasta una actitud defensiva, como quien está a la espera de un ataque o una muestra de rechazo. Hasta que se dan cuenta que la única intención es la de establecer una relación normal como con cualquier otra persona a quien deseas conocer y ya. Cuando se dan cuenta que una no quiere ni averiguarles la vida, ni pedirles sexo, ni criticarlas, ni usarlas de ninguna manera, entonces todo cambia.
Cuando lo
que has recibido en la vida es rechazo, es lo único que esperas entonces crees
que todo el mundo está en tu contra y estas a la defensiva, porque solo esperas
lo malo y no consideras la posibilidad de que hay personas que no te rechazan y
lo único que quieren es estar presentes.
El 29 de
marzo de 2017, me invitaron al Estado Bolívar, los estudiantes de Comunicación Social
de la UCAB, organizaron un foro con la película Tamara de Elia Schneider, en el
cual se hablaría sobre la transexualidad.
En 2017,
Amnistía Internacional Venezuela me llamó para que coordinara el proyecto StopTransfobia.
Fue una de las experiencias más retadoras que he tenido. Me tocó aprender y entender la dinámica de
trabajo de Amnistía, por dentro. Y al mismo tiempo, lidiar con todo lo que
pasaba en el país, las protestas, la incertidumbre, los conflictos políticos,
la debacle económica, la crisis la escasez de medicinas, el desabastecimiento,
etc.
El proyecto
Stop Transfobia me dejó muchos aprendizajes. Mi compañera más cercana y mi
mejor apoyo en Amnistía durante 8 meses fue Christina Yelamo. Una mujer extraordinaria,
dulce, sincera, luchadora y con mucho coraje. Compartimos largas y agradables
conversaciones que recuerdo con mucho cariño. Como ella, conocí a otras
personas que participaron voluntariamente en el video que se produjo como parte
de unas campanas audiovisuales y de quienes aprendí un montón de cosas.
Ese
proyecto incluía realizar un proceso de recolección de firmas en apoyo a la solicitud
que se hizo ante el CNE para que se le permita a las personas trans cambiar su nombre
en los documentos de identidad.
Inclusive nos fuimos a la marcha del orgullo en San Diego en el estado Carabobo a recolectar firmas.
Durante
ese foro, escuchamos por primera vez de la voz de un chico trans, la denuncia
sobre el consumo de hormonas animales debido a la escasez y el desabastecimiento
de las hormonas para consumo humano.
Posteriormente, me tocó denunciar los primeros casos de trata de mujeres trans desde Venezuela a Europa, primero en algunos artículos publicados en 2017. Esclavitud moderna: la trata de mujeres trans venezolanas. https://alternos.la/blog/46 y luego en el informe de Unión Afirmativa publicado en 2018. Había pasado casi todo un año en Amnistía dedicada a los derechos de las personas trans.
Desde 2018, en Unión Afirmativa, me dediqué a destacar la
situación de las mujeres lesbianas, porque era justo y necesario, porque en esa
sopa de letras LGBTI también hay que destacar un montón de gente y sus necesidades
particulares. Y al fin y al cabo porque soy una mujer lesbiana que ha sido
objeto de múltiples discriminaciones que debo visibilizar. Sin dejar a un lado
el resto de las personas gay y trans.
En mayo de 2018, por invitación de unos estudiantes de teatro, dicte una corta charla sobre la inclusión de personas trans en las narrativas de los medios y obras culturales.
En julio de 2018, por invitación de la Fundación Ana Frank participe
junto a Tamara Adrián en una tertulia sobre la película Una mujer fantástica.
Dentro y fuera de Venezuela mi voz sirve para mostrar la
realidad de las personas LGBTI. No de unas u otras, de todas. Y eso es
verificable en nuestros informes y en las actividades que hacemos.
El trabajo
que hacemos habla por sí mismo. En cada espacio que tenemos, la defensa de
derechos humanos, los informes, las entrevistas siempre incluyen a las personas
trans. Los artículos sobre los que escribo también han tomado en cuenta a las personas
trans.
En 2021, como integrantes de la Red Naranja, apoyamos la organización de al menos dos actividades que incluían la diversidad sexual. En una de las cuales participo una mujer trans.
Establecimos alianzas y acuerdos de cooperación con tres
organizaciones para impulsar los grupos de apoyo para personas trans, con Interseccional
y Transcendiendo Fronteras, mientras que con FundaUniTrans hemos realizado
otras actividades y colaboraciones.
Me alegra
que las personas trans estén poco a poco haciendo vida a plena luz del día,
sobre todo los jóvenes. Aplaudo que estén levantando la voz para hablar de sus
vivencias como personas trans. Bienvenidas todas las nuevas voces.
Mi
principal deseo es que las personas trans que decidan hacer activismo, se
preparen, se formen y se permitan ser guiadas por la ética, la racionalidad, la
cordura y que opten por hacerlo de manera pacífica. Un activismo ético es necesario.
Lamento que
lo que se está observando sea un “activismo” violento e intolerante. Que se
pretenda imponer esas maneras de activismo y, aun peor, que se pretenda
desacreditar el trabajo de otras personas y organizaciones, en muchos casos sin siquiera agotar los espacios para la conciliación.
Quizás, solo quizás por un momento seria bueno pensar que no todo el mundo está en contra de las personas trans. Quizás intentar no ver transfobia en cada palabra, en cada oración, en cada mirada, en cada opinión, en cada acción.
Quizás, solo quizás, la inmediatez y la urgencia no es lo que encontraran en las instituciones y que entonces la paciencia será una mejor herramienta.
La violencia, la agresividad, no es atractiva. Por el contrario, es un elemento perturbador que en lugar de atraer aliados solo atrae detractores. Y es muy dañino para los movimientos sociales, sobre todo en contextos tan hostiles como el venezolano.
Así que en honor a Edixon, sigo trabajando por los derechos humanos de todas las personas donde sea que se me presente una oportunidad. Hoy en día me gustaría poder honrarlo con su nombre de mujer escogido.
A quienes se inician en el activismo por las personas trans les deseo lo mejor.
En mí siempre tienen una aliada, Unión Afirmativa, la organización que coordino sigue y seguirá trabajando por todas las personas LGBTI dentro y fuera del país como siempre, apegados a los principios de igualdad y no discriminación, de manera independiente y autónoma de ideologías de ningún tipo. Nosotros establecemos las prioridades y los temas que abordamos de manera autónoma. Además establecemos las normas de participación en nuestras actividades, en estricta observancia a los principios de la Acción Humanitaria: Humanidad, Neutralidad, Independencia e Imparcialidad y sobre todo de manera pacífica. No hacer daño y no dejar a nadie atrás.
“Beauty is in the eye of the beholder”. La belleza está en los ojos con que
se mira. Si miramos con amor, solo
veremos amor. Miremos bien, observemos mejor.
Acá les comparto algunos que fueron publicados en la página web de Amnistía durante 2017:
Día Internacional de la memoria trans, no las mates no son tu diana. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/11/4108/dia-internacional-de-la-memoria-transexual-no-son-tu-diana-no-las-mates
Acompañemos a las personas trans a exigir sus derecho a la identidad. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/05/2678/acompanemos-a-las-personas-trans-en-venezuela-a-exigir-su-derecho-a-la-identidad
Derechos Humanos vulnerados por negación a la identidad a personas trans. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/07/3147/derechos-humanos-vulnerados-por-negacion-de-la-identidad-a-personas-trans
América Latina avanza en el disfrute de derechos para personas trans. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/08/3407/america-latina-avanza-en-el-disfrute-de-derechos-para-personas-trans
Violencia hacia las mujeres trans es violencia de género. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/11/4194/la-violencia-hacia-las-mujeres-trans-tambien-es-violencia-de-genero
Recomendaciones de la ONU para el respeto y la integración laboral. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/12/4290/recomendaciones-de-la-onu-para-el-respeto-y-la-integracion
Hay que cambiar leyes no mutilar niños ni imponer géneros. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/10/3970/hay-que-cambiar-las-leyes-no-mutilar-ninos-ni-imponer-generos
El amor es lo que hace a la familia. https://www.amnistia.org/ve/blog/2017/05/2219/el-amor-es-lo-que-hace-a-la-familia
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