sábado, 28 de septiembre de 2013

La visita al gastroenterólogo 2


Llegado el día lunes 23, me fui a mi cita con el gastroenterólogo. Llegué a las 2:00 p.m. en punto pues a pesar de que debía estar a la 1:00 según instrucciones de la secretaria, sé que la consulta es una hora más tarde. No estaba en mis intenciones llegar una hora antes para perder más tiempo de mi vida en esperar a un doctor.

Me tomó 20 minutos cumplir con los trámites administrativos (pagar). Subí al segundo piso a las 2:20, 5 minutos más tarde llegó el doctor. Ya tenía tres pacientes por delante. No fue sino hasta pasadas las 3:00 p.m. que el doctor comenzó a atender los pacientes, supuestamente porque había un problema con la computadora que le impedía iniciar su trabajo. Un poco después de las 5:00 p.m. me toccó mi turno de ser atendida por el doctor. Tres horas de espera.  En fin…

Una vez adentro, me tocó relatarle al doctor las razones por las que debí acudir a consulta. Le mostré el reporte de egreso de mi última estadía vacacional en el Hospital en el año 2011, que se extendió por dos meses a causa de una pancreatitis. El cuadro médico: dolor en la zona lateral derecha e izquierda y en espalda que se acrecienta antes y/o después de ingerir alimentos. Cálculos en la vesícula que ameritó extracción del órgano que causaron la primera pancreatitis (hace 20 años), un segundo episodio de pancreatitis, presencia de Helicobacter Pyloris en el estómago, hígado graso. Acidez estomacal, reflujo gástrico e intolerancia a la lactosa.

Le conté al doctor que por iniciativa propia, y desde hace algún tiempo he dejado de consumir: todo tipo de lácteos y sus derivados (leche, yogurt, helados, quesos, etc.) salsa de tomate, mostaza, mayonesa, mantequilla, margarina, salsas preparadas, cremas (bechamel, pastelera), dulces (tortas), chucherías, golosinas, chocolate, enlatados, embutidos, refrescos, bebidas carbonatadas, jugos en latas, en cartón, bebidas energizante, café, té, frutas cítricas (naranja, mandarina), tomate, frituras ni alimentos grasosos, etc. Son alimentos que he observado me hacen daño y por ende he dejado de consumir. Es decir, mi dieta se ha reducido al consumo de carne blanca (pollo, pavo, conejo), pescado, carne roja (una vez al mes), ensaladas, arroz, pasta (una vez al mes), pan, jamón de pavo o pollo, huevos (dos veces a la semana) y frutas. 

Luego de evaluarme, el doctor me mandó un tratamiento médico por 4 semanas y solicitó un eco abdominal con énfasis en el páncreas e hígado y exámenes de laboratorio. Me dio toda la explicación de porqué podría estar sintiendo dolor y porqué prefiere explorar desde lo más simple y luego pasar a evaluaciones más invasivas de ser necesario. Una hora más tarde, pude decir que quedé muy satisfecha de la atención recibida. A pocos días de haber iniciado el tratamiento, ya he sentido la mejoría, no he sentido el dolor, ni pesadez, ni molestia alguna desde hace cuatro días. Les seguiré contando.  

      

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