martes, 31 de diciembre de 2019

IVLP: una experiencia que cambia vidas



A principios de octubre me contactaron de la Embajada de Estados Unidos para informarme que me invitaban a participar en el programa conocido como IVLP, es decir, International Visitors Leadership Program del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Me explicaron que serían tres semanas en Estados Unidos en un programa titulado Human and Civil Rights for Marginalized Communities A Multi Regional Project. Es decir, estaba enfocado en Derechos Humanos y Derechos Civiles para comunidades marginadas un proyecto Multi Regional.

Fueron tres semanas, cuatro ciudades, cuatro guías (liasons), más de 50 reuniones, encuentros, entrevistas con organizaciones, autoridades locales y personas de las comunidades visitadas, y 21 personas participantes de diferentes países.  No es fácil resumir tres semanas de tantas experiencias vividas en un texto corto, o en cinco minutos como me toco hacerlo en la sesión final.

El grupo estaba conformado por personas de Afghanistan, Armenia, Brazil, Cambodia, Czech Republic, Egypt, Fiji, Georgia, Hong Kong, Hungary, India, Israel, Jamaica, Japan, Malaysia, Nepal, Poland, South Sudan, Tajikistan, Tanzania y Venezuela. Había abogados, periodistas, un  economista, docentes, activistas, defensores de derechos humanos todos de alguna manera u otra trabajando con grupos vulnerados como niñas, niños y adolescentes, mujeres, personas LGBTI, privados de libertad, migrantes, refugiados, solicitantes de asilo, y una persona de la comunidad Roma.       

En Orlando, Florida
 El primer día tuvimos una sesión de bienvenida, la persona que nos saludó entre tantas cosas que nos informaron dijo “el IVLP es una experiencia que les cambiara la vida” y no es solo una frase, es la verdad.

La primera parada fue en Washington DC, el mayor número de reuniones y encuentros fue en esta ciudad. De todos los encuentros para mí, el mejor fue con la Liga Anti Difamación en su sede en Washington, DC.

La Liga Anti-Difamación (ADL) es una organización anti-odio. Fundada en 1913 en respuesta a un clima creciente de antisemitismo e intolerancia, su misión es proteger al pueblo judío y garantizar la justicia y el trato justo para todos. Hoy, ADL continúa luchando contra todas las formas de odio, incluido el ciber-odio, el acoso escolar, los prejuicios en las escuelas y en el sistema de justicia penal, el terrorismo, los crímenes de odio, la coerción de las minorías religiosas y el desprecio por cualquiera que sea diferente. Su objetivo final es un mundo en el que ningún grupo o individuo sufra prejuicios, discriminación u odio.

La representante de la organización nos habló sobre el programa “No Place for Hate” o No hay lugar para el odio, un marco de referencia para mejoras sociales para las escuelas K-12 que buscan construir comunidades inclusivas y seguras donde todos los estudiantes puedan prosperar.

También me hizo reflexionar mucho el taller que tuvimos sobre liderazgo y construcción de alianzas con Akram Elias de Capital Communications Group. Él nos habló sobre cómo construir alianzas y nos compartió mucha información sobre los diferentes tipos de liderazgos y las características de cada líder. Con el he logrado entender la razón por la cual algunas alianzas no funcionan y entender que algunas alianzas tienen fecha de inicio y culminación, con algo de suerte algunas pueden perdurar. En parte, lo importante es saber identificar los objetivos de cada alianza, que cada quien tenga un rol claro y definido y que todas y todos sean partícipes en todo el proceso de análisis, toma de decisiones e implementación de los planes y estrategias, hasta el logro de los objetivos planteados.  
Como actividad no formal/cultural en Washington DC tuvimos un tour que incluyo la Casa Blanca, el edifico del Congreso “Capitol”; fuimos la museo del Holocausto y al National Museum of the American Indian. 

En Washington, DC.

La segunda parada fue en Seattle, Washington. Acá el encuentro que más me gusto fue con la Policía de la ciudad de Tukwila. 

El nombre de la ciudad me hizo reír, se pronuncia casi que como “Tequila”. Se imaginaran la cantidad de chistes que hice con el nombre. Lo que me gusto de este encuentro fue escuchar como la Policía de Tukwila dio un giro a la manera de interactuar con las y los habitantes de las comunidades. Tukwila es una ciudad de inmigrantes, está compuesta por 62% de población considerada minoritaria. 49% son hablantes de un idioma diferente al inglés. La ciudad cuenta con una oficina de servicios humanos que se encarga de conectar a los residentes con distintos servicios sociales y de salud. Mientras que la policía ha implementado estrategias innovadoras que les han permitido estar más cerca de los residentes y cambiar la relación entre la policía y los residentes de la ciudad.

En Tukwila, Washington. 


En trabajo conjunto entre la oficina de servicios humanos y la policía han logrado bajar el incide de delincuencia. Y los residentes confían en su policía. Inclusive quienes no cuentan con documentación para estar en el país saben que pueden llamar a la policía para denunciar cualquier incidente sin temor alguno a ser interrogados sobre su estatus legal. Anteriormente, este era un factor que interfería negativamente al momento de hacer denuncias o ser testigos en juicios. La policía tiene encuentros mensuales con los residentes, estos se conocen como “un café con la policía”. Los residentes van a un lugar seleccionado por la policía, un oficial o dos acuden al encuentro y se sientan a conversar con los asistentes. De esta manera, se ha ido reduciendo el rechazo hacia la policía. Me pareció que es una buena práctica para cambiar la relación policía/residentes. Obviamente, también ha habido mucha preparación y formación a los miembros de la policía. Las organizaciones de derechos humanos también han jugado un rol importante en este aspecto. 

Por cierto, pase un buen rato revisando la cuenta en Twitter de la policía de Tukwila y es una nota. Pasen a verla y seguro se reirán un rato. Por supuesto, está en inglés, es @TukwilaPD

Otro encuentro a destacar en Seattle fue con la Human Rights Commission de Washington State. Es decir, la Comisión de Derechos Humanos del estado de Washington. El trabajo que realiza la policía y los cambios mencionados anteriormente, obedecen y están en sintonía con las leyes y normas en el estado de Washington. Esta Comisión del Estado de Washington tiene como fin prevenir y eliminar la discriminación a través de la aplicación de las leyes, el uso eficiente de los recursos y el establecimiento de relaciones productivas con la comunidad. Las leyes del estado de Washington prohíben las prácticas de discriminación en el empleo, espacios públicos, hotelería y hospedaje o esparcimiento, en relaciones o transacciones de alquileres, créditos y seguros. La representante de la Comisión nos habló de como ellos abordan los casos de discriminación, el proceso de recepción, investigación y la solución final de cada caso. 

Como actividad cultural yo fui al Museo de la Cultura Pop “Museum of Pop Culture or MoPop”. Un pequeño grupo tomamos un paseo en Barco por las cercanías a Seattle, durante el cual tuvimos unas vistas espectaculares de la ciudad, finalmente dimos un paseo en la Gran rueda “Great Wheel”. Como bono extra para mí, estuve en el Restaurante Athenian, en el cual se filmó una escena de la película Sleepless in Seattle con Tom Hanks y Meg Ryan en el año  1993.

Restaurante Athenian. Seattle, Washington. 


City Splits. Luego de Seattle, el grupo de 21 personas fue distribuido en tres ciudades Cincinatti, Indianapolis y Kansas. A mí me correspondió estar en el grupo de Indiana. 

La tercera parada fue en Indianapolis, Indiana. Acá éramos solo siete personas. Tuvimos un total de siete reuniones en dos días, una experiencia de voluntariado en un lugar de entrega de comida y ropa para personas de bajos recursos económicos y una cena con una familia de la comunidad.

La primera reunión que tuvimos en Indianapolis fue con Kizito Kalima, un sobreviviente del genocidio en Ruanda. Kalima fundo el Centro de paz para el perdón y la reconciliación, tiene como objetivo cambiar el mundo educando a los jóvenes sobre las causas y consecuencias del genocidio y otras atrocidades. El Centro llega a los jóvenes a través de discursos públicos, conferencias, talleres, caminatas por la paz y las redes sociales. Se alienta a los jóvenes a convertirse en embajadores de la paz en sus escuelas y dentro de sus comunidades. 

Kizito tenía 14 años cuando su familia fue asesinada, el a pesar de haber sido y dejado por muerto por ataques con machetes, sobrevivió, fue, perseguido y apresado. En una breve oportunidad logro escapar de sus captores y huir del país. Se refugió en el deporte, comenzó a jugar Basketball. Fue invitado a participar en un campeonato en EEUU, al llegar le ofrecieron una beca en Chicago y decidió quedarse.  Para superar la tragedia busco ayuda, y según sus propias palabras, no fue sino hasta que perdono que logro encontrar paz. Posteriormente, fundo la organización y ahora habla sobre paz a jóvenes.

Este encuentro me conmovió hasta el punto de romper en llanto, mientras escuchaba el relato de Kizito en una pequeña exhibición fotográfica en la sede del Centro, no pude evitar encontrar tantas similitudes entre las razones que dieron origen al genocidio y lo que vivimos en Venezuela y como se originó. Obviamente, hay muchas diferencias pero yo vi muchas similitudes. Y eso me duele, me conmovió. Y en algún momento, los venezolanos debemos pasar por lo que paso Kizito, reconocer que necesitamos ayuda para procesar lo vivido y perdonar, para poder seguir con nuestras vidas en paz.
Indianapolis, Indiana. Encuentro con Kizito Kalima

Tuvimos otros dos encuentros muy interesantes uno con el Centro para la Cooperación inter/religiosa, tiene como misión fortalecer la comunidad en el centro de Indiana y más allá, para apoyar las conexiones existentes entre las comunidades de fe; fomentar oportunidades inter-religiosas adicionales a través de interacciones sociales, culturales y educativas; y conectar comunidades de fe a través del servicio voluntario y el compromiso cívico.

Obviamente, les preguntamos sobre su posición con las organizaciones LGBTI locales, para nuestra sorpresa, inclusive en estos temas relacionados con las personas LGBTI han logrado establecer como punto de encuentro que para las religiones lo importante es ver a las personas como seres humanos dignos que merecen respeto y tratos igualitarios, sin discriminación.  Lo que demuestra que si es posible un mundo diferente, en el que las religiones y sus representantes no traten de aplastar a quien ven como no alineado a sus creencias.

El segundo encuentro fue con el centro de víctimas y derechos humanos.  “Center for victims of and human rights”. Este es una organización de abogados que acompañan y asesoran legalmente a víctimas de violencia y violaciones de derechos humanos.

Tuvimos otro encuentro con la Indianapolis Urban League y con un representante de la municipalidad, director de Community Outreach. 

Mi encuentro favorito fue con el Indianapolis Youth Group. Es un grupo de persona de quienes percibí muy buenas energías. Me encanto el trabajo que hacen. Además nos invitaron a participar en la fiesta de navidad que organizaron el día sábado siguiente a nuestro encuentro. Allí había familias conformadas por parejas del mismo sexo, con niños o sin niños. Había un Santa negro que me encanto y una drag queen leyendo cuentos de navidad para niñas y niños. 
Indianapolis, Indiana. Encuentro con el Indianapolis Youth Group. 

Tuvimos además una experiencia de trabajo voluntario en un Food Pantry, es un lugar donde entregan comida y ropa a personas de bajos recursos. Acá me sorprendió mucho que a varias personas ayude a recolectar la comida y al salir cargaban sus bolsas en carros particulares algunos muy lujosos. Ese nivel de pobreza o personas de bajos recursos me sorprendió mucho. O quizás, como me comento alguien, quizás es gente que ha aprendido a beneficiarse del sistema de donación y ayudas que otorgan las organizaciones. No lo sé, prefiero pensar que es gente que realmente necesita de esa ayuda. 
La mejor de las experiencias fue una cena en casa de una familia local. Se trata de una familia que se ofrece a recibir a quienes como yo formamos parte del programa IVLP para compartir y conocer sobre nuestro trabajo y nuestro país de origen. Tuve la dicha de estar en casa de la familia Cobb, quienes además invitaron a una pareja de mujeres lesbianas de la tercera edad (más de 60), quienes nos hablaron de ellas, su salida del closet, su relación y lo que significó para ellas ser lesbianas en un estado como Indiana. 

Home Hospitality Dinner


La última parada fue en Orlando, Florida. Acá el foco de las reuniones estuvo relacionada con dos tragedias importantes y trascendentales para este estado, el asesinato de Trayvon Martin en febrero de 2012 en la ciudad de Sanford y la masacre del Bar Pulse en Orlando el 12 de junio de 2016.  

Acá ademas tuvimos encuentros con the Zebra Coalition, One Orlando Alliance at the Center y con One Pulse Foundation. Tuvimos un encuentro con la gente de Spektrum Health Center y con el Orlando Assistance Care. Finalmente, nos reunimos con el Interfaith Council y el Blue Ribbon Panel. 

Vale la pena destacar el encuentro con One Orlando Alliance, porque creo que es crucial para el momento que vivimos en Venezuela. Luego de la tragedia del bar Pulse, surgió la necesidad de que las organizaciones se unieran para responder a la tragedia. Muchos de los líderes de las organizaciones de Orlando ni siquiera se conocían, porque cada uno trabajaba por separado, muchos aunque trabajan en cosas diferentes y otros en asuntos similares no coincidían. La tragedia hizo que estas organizaciones lograran trabajar en conjunto en favor de las víctimas y los familiares de las víctimas, así como las familias adoptadas  de las víctimas.  ¿A qué me refiero? Para nadie es un secreto que las personas LGBTI muchas veces son rechazadas por sus familias de sangre, y que en ocasiones son recibidos y adoptados por amigos, conocidos o compañeros de trabajo, estas personas se convierten en las familias de acogida de muchas personas LGBTI rechazadas por sus familiares directos. 



Posterior a la tragedia, y ante el surgimiento de grupos anti derechos que buscan eliminar las conquistas legales y sociales alcanzadas por las personas LGBTI, además de los problemas aun existentes decidieron formalizar la coalicion en One Orlando Coalition, orientar esa coalición  hacia una agenda de temas a abordar que es lo que los mantiene unidos. Tienen objetivos claros y bien definidos. La coalición no es perfecta, ninguna coalición los es, pero el objetivo último son las personas, son los derechos humanos, y saber que los derechos hay que defenderlos y protegerlos todos los días, porque siempre habrá un aspirante a dictador y odiador de personas LGBTI renuente a los cambios sociales que estamos generando en el mundo. 

El encuentro más agradable fue con Buddy Dayer, Alcalde de Orlando.  A pesar de que me sorprendió el hecho de que esta frente a la Alcaldía desde hace 18 años, es un servidor público y así lo entiende. Se reúne periódicamente con las personas de la sociedad civil, está consciente que debe tener relaciones son cercanas con todos los ciudadanos de su ciudad. El hecho de que se haya reunido con nosotros es de mucha importancia. Nos habló con detalles de cómo había vivido y abordado la tragedia del bar Pulse. Y como supo estar y ayudar en lo que fuese necesario. Mantener distancia de la labor de los cuerpos de seguridad a cargo de la investigación, pero estar cerca de los ciudadanos en un momento tan crucial. Además me alegro mucho ver que quien está al frente de la oficina de asuntos culturales en la Alcaldía es una mujer venezolana, quien como mucho orgullo nos hizo saber que cinco de los miembros de su equipo son gays o lesbianas. Posterior a la tragedia de Pulse decidieron abrir una oficina de diversidad e inclusión. Es lo que hace una Alcalde consciente de la existencia de un problema que amerita un abordaje, Es buscar a especialistas y dedicarse a aprender. No es hacerse el desentendido y justificarse en el desconocimiento del tema como lamentablemente sucede en Venezuela.
Encuentro con el Alcalde de Orlando, Buddy Dayer. 


La reunión con la gente de Blue Ribbon Panel represento el mayor desafío, debido a la presencia de Jeff Triplett, Alcalde de Sanford. Al principio, el representante de Blue Ribbon nos relató con detalles lo que había sucedido la noche que asesinaron a Treyvon Martin. Nos narró cómo se abordó el asunto, como llego a los medios y como se llevó a cabo la investigación y todo lo que sucedió posteriormente en relación al caso.

El Alcalde llego a mitad del encuentro, aunque su presencia no estaba prevista. Se le pidió dar su visión sobre el asesinato de Martin y así lo hizo. Nos incomodó el hecho de que su relato giro en torno a la responsabilidad de los medios en que la noticia del asesinato hubiese tomado el giro que tomo. Y el segundo elemento que nos incomodo fue su defensa al uso y posesión de armas por parte de la ciudadanía.  El Alcalde Triplett es un defensor de lo que él llama el derecho a la defensa, que para mí no es otra cosa que poseer armas de fuego.


A pesar de lo incomodo que resulto, lo veo como positivo, haber tenido la oportunidad de escuchar su posición y explicación, y a su vez, que el escuchara nuestras posiciones y razonamientos.

Para culminar la jornada en Orlando, la actividad cultural se dividió en dos. Un grupo de nosotros que fuimos a Disney World y el otro grupo que fue a Universal Studios.
En Disney World, Orlando. 


En la sesión final, Bonnie Beard, una de las cuatro personas que nos acompañó como guías (liason), nos dijo: “al regresar a sus países deben tomarse un tiempo para reflexionar, ustedes han cambiado mucho pero el país al que regresan y muy probablemente, las personas a quienes regresan siguen siendo iguales”. sabias palabras, en mi caso, muy ciertas. 

No tenía una idea preconcebida del pueblo estadounidense, mi idea previa quizás proviene de lo que veía en las películas y en las series de televisión. La cultura que una adquiere cuando se está aprendiendo inglés, más allá de eso, pues no mucho. Estas tres semanas pude tener una mejor idea de la vida y cultura en los Estados Unidos. 

En cada estado que visitamos hay al menos una oficina dedicada a la protección y difusión de los derechos humanos. Con leyes y normas claras para su abordaje. Hay oficinas de ayuda y apoyo a la ciudadanía, a los grupos minoritarios, vulnerados o marginados. En el plano internacional, EEUU no ha firmado o ratificado acuerdos internacionales de DDHH pero en la práctica, se preocupan y ocupan de proteger a sus ciudadanos. No sé ustedes, pero yo, en lo particular, prefiero esta realidad.  

Les liasons. Shirley, Bonny, Brion y Bill. (de izquierda a derecha).


Si desean ver mas imágenes de este viaje de aprendizaje, pueden pasar por mi cuenta en Instagram @quiteria.franco 



No hay comentarios:

Publicar un comentario