miércoles, 7 de agosto de 2013

¡Qué hablen, mal o bien, pero qué hablen!

En un post anterior en este mismo blog que titulé Niños criados por homosexuales, hable sobre un episodio desagradable de discriminación y odio inculcado a un niño por su madre contra unos jóvenes homosexuales que presencié en el Metro de Caracas.   Parece que el tema está de moda; aunque, sinceramente no creo que sea moda, pero sea lo que sea el tema está en la mente y la boca de la gente y eso sí es positivo. Aunque no siempre es desagradable lo que se ve, afortunadamente. 

En días posteriores a la marcha de la diversidad sexual en Caracas a finales de junio de 2013, me tocó ir a la universidad. Mientras estaba en la parada del transporte de regreso a Chacaito, me encuentro con una señora, originaria de Maracaibo, que había ido a retirar el título de graduación de su nieta quien estaba trabajando y no podía hacerlo ella misma.   Por alguna razón comenzamos a conversar y la señora me contó toda la historia de porque estaba en Caracas, me dijo su edad (75 o 76 años), me contó cuándo, cómo y donde conoció a su esposo, porque se divorció, porque nunca volvió  casarse, etc., en fin… en media hora de espera más 45 minutos de viaje la señora me contó toda su vida y la de su nieta.

Entre las muchas cosas que conversamos, la señora me cuenta que ya tenía muchas ganas de regresarse a su casa en Maracaibo pues en el lugar donde estaba quedándose temporalmente había mucho ruido y que por esa razón no estaba meditando como suele hacerlo a diario y tampoco podía dormir bien.  En eso me dice, “especialmente el domingo pasado al mediodía, estaba tratando de dormir una siesta y, de repente, escuché el ruido de música, cuando me asomé era la marcha esta de los homosexuales”. Continua la señora y me describe todo lo que vio en la marcha y al final me dice: “yo le voy a decir algo, a mí me gustaría poder conversar con alguien, así en confianza, en la intimidad, con una amiga, que me contara que se siente, si de verdad es tan bueno, porque yo no me lo imagino, que pueden hacer dos mujeres en la cama”. En ese momento no pude contener mi risa y solté una carcajada.

Ante ese relato, le pregunto: Sra., ¿y en sus años de juventud nunca sintió curiosidad? ¿No tuvo nunca una experiencia con una mujer? Y me dice: no, la verdad es que no. Inclusive, yo tenía una amiga con quien compartía mucho y a veces hasta dormíamos juntas y nunca, nunca hubo nada de eso. ¿y no le habría gustado tener una experiencia con una mujer, no tuvo curiosidad? No, fíjese que no me respondió. Pero si me gustaría saber, que alguien me contara. Hasta ahí llegó la conversa sobre el tema. Luego cambiamos el tema y la conversación siguió hasta el final de viaje en Chacaito.

En otra ocasión, de regreso a mi casa luego de haber ido a la Universidad Central a hacer unas diligencias, voy entrando a la estación de metro de Ciudad Universitaria.  Mientras bajaba en las escaleras mecánicas delante de mi escucho una conversación entre dos mujeres. Por lo que entendí, estaban hablando sobre una tercera persona, otra mujer. Estas dos mujeres son, en apariencia, de aproximadamente 40 o 45 años. Una le dice a la otra: “ yo no sé qué irá a hacer ella ahora, será que se mete a marica, así como XX que se metió a vivir con una mujer después que se dejó del marido”  la otra le responde: "es que yo te digo algo, los hombres no sirven para nada”.   La conversación continua y la primera señora dice: “yo te voy a decir una cosa, yo a esa gente la respeto y todo, no me meto con ellos, pero a mí me encantaría saber que hacen ellos. Yo no me imagino de verdad que podrán hacer dos mujeres juntas, dígame dos hombres de verdad, ¿será que es rico? ¿Será que lo disfrutan?". A todo esto, ambas mujeres al notar que yo las escuchaba en lugar de bajar la voz para mantener la conversación en privado, buscaban alzar la voz, quizás para que yo participara de la conversación.

De estos dos relatos se desprenden varias cosas, tal como yo las veo. Primero, me parece positivo que  se hable del tema. Mientras más se hable mejor. Que la gente pregunte y si encuentran a alguien que les responda mejor.   Lo que me parece increíble es que la gente se enfoque en saber los detalles íntimos de una relación sexual.

¿No les basta con saber que son dos personas que se aman? Es el amor lo que importa, lo que hagan en la cama es problema de dos. Si usted tiene curiosidad en saber que hacen compre videos que estoy segura encontrará muchos. Si le da pena ver videos entonces compre libros, hay libros sobre el Kama Sutra, en el mercado se encuentra el Kama Sutra lésbico y el Kama Sutra gay. Si no le es suficiente con los videos o con los libros busque algún amigo homosexual (hombre o mujer) y pregúntele y si aún así no está satisfecho pues, caramba, viva la experiencia y entonces tendrá la información de primera mano.   

Pero lo que realmente importa es que son dos seres humanos que se aman, que desean tener una vida en pareja y que viven exactamente lo mismo que viven todas las parejas heterosexuales.  Hasta ahora yo no he conocido ninguna pareja homosexual que se pregunte que hacen los heterosexuales en la cama.   

La gente tiene mucha curiosidad, pero me parece a mí que es una curiosidad mal dirigida, mal orientada. Orientada únicamente hacia el sexo, solo a la parte sexual de una relación que ya debería dejar de ser algo extraordinario. Pero lo que veo es sencillamente la necesidad que hay de hablar de sexo, de todo lo relacionado con la sexualidad. Hay muy poca información. El sexo sigue siendo un tema tabú, pero la diferencia es que ahora la gente quiere saber, quiere aprender y eso me alegra. 

Lo que debemos hacer ahora es dar información correcta, desligada de prejuicios religiosos y culturales. Esa debe ser nuestra meta enseñar, aprender, conversar y desmitificar todo lo relacionado con el sexo, y tal como siempre lo digo y lo repito: debemos hablar de lo que todos quieren saber pero de lo que nadie quiere hablar.


1 comentario:

  1. esa gente que se pregunta.. que hacen 2 mujeres en la cama.. no ven TV o no van al cine.. el BOOM lesbico que en el cine y en las series es abismal...

    ResponderEliminar