A principios del mes de agosto en Caracas unas personas miembros de varias
iglesias evangélicas realizaron una marcha que llamaron “familia es vida”. Pero más que a favor de la familia, está gente
marcho en contra de las familias homoparentales y el rechazo al matrimonio
entre personas del mismo sexo. ¿Si ven la diferencia?
Posteriormente, he observado cómo se pretende culpar exclusivamente a las
religiones del poco avance que se ha tenido en el país en materia
de derechos de personas LGBTI. Ciertamente, comparto que la religión ha sido el
principal obstáculo. Pero realmente, no son los evangélicos, ni los católicos,
ni los militares evangélicos, ni siquiera es el poder legislativo. Son las
personas actualmente encargadas de los diferentes poderes del estado los
responsables de que en Venezuela no exista ni una legislación, ni un plan, ni
una política pública que reconozca derechos y/o beneficie a las personas LGBTI.
Poder
Legislativo
Son los Diputados quienes olvidan que ellos están allí porque fueron
electos por los habitantes de su estado, el estado al que representan. Olvidan
que su función es la de legislar en función de las necesidades de sus
electores. Los diputados no están allí para “tener voluntad”. Los diputados
están allí para responder y atender a las necesidades del pueblo elector.
Al asumir su cargo como servidores públicos juran cumplir y hacer cumplir
la Constitución. No obstante, al negarse a discutir las propuestas de leyes
presentadas por los lectores argumentando razones religiosas están violando esa
Constitución que en su artículo 59 establece “nadie podrá invocar razones, creencias o
disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de la ley ni para impedir a
otro el ejercicio de su derecho”. Estoy hay que recordárselos constantemente.
Las religiones, cultos, ateos,
etc
Pero, analicemos la situación de las religiones en Venezuela con datos y
números. Los registros más recientes datan del 2011-2012, y provienen de la
Dirección General de Justicia y Cultos del Ministerio del Interior, Justicia y
Paz. Estas muestran que el número de instituciones religiosas inscritas se incrementó
41%. Una revisión a la Memoria y Cuenta del Ministerio revela que 281
instituciones religiosas se registraron legalmente en 2011. Esta cifra ascendió
hasta alcanzar 398 en 2012. También el número de agrupaciones que recibieron el
visto bueno, paso previo para lograr su inscripción para funcionamiento legal,
creció de 585 a 725 entre 2011 y 2012.
Por su parte, Samuel Olson, presidente del Consejo Evangélico de Venezuela
(CEV), afirma que cerca de 17% de la población es evangélica, además precisa
que el número de fieles de esta corriente religiosa ha crecido entre 6 y 7 por
ciento en los últimos 14 años. Están agrupados en dos grandes instituciones que
son el CEV (con 160 organizaciones) y la Confederación Evangélica Pentecostal,
que tiene en sus miembros a otras 150 congregaciones.
Adicionalmente, dice Olson, “En Venezuela hay musulmanes, ortodoxos, hay
hindúes, budistas, cultos esotéricos que no son cristianos; otros grupos que no
son monoteístas. Hay una infinidad de variaciones que conforman el microcosmos
religioso del país. También están los mormones, los Testigos de Jehová. Ninguno
de ellos son evangélicos. Además, hay ateos y agnósticos. Hay otras expresiones
que no son ni protestantes, ni evangélicos, ni católicos romanos”.
En cuanto al catolicismo, este se mantiene como la religión dominante en
Venezuela con 71% de la población venezolana se declara como católica.
El centro de Investigación Pew Research, de Estados Unidos, muestra en su
web que Venezuela tiene 25.890.000 cristianos, de los cuales 22.500.000 son
católicos. Pero también hay en el país más de 5 millones de evangélicos, entre
500 mil y un millón de musulmanes, 157.795 mormones, cerca de 9.000 judíos y un
número creciente de adventistas, testigos de Jehová y seguidores de la religión
yoruba.
cabe destacar, que no todas las religiones, cultos o creencias están en contra de las personas LGBTI.
cabe destacar, que no todas las religiones, cultos o creencias están en contra de las personas LGBTI.
¿Cuantas personas LGBTI hay en
Venezuela?
Ahora bien, pese a no haber cifras oficiales en el país, en el más reciente
censo poblacional venezolano, se calculó que hay entre 4 mil y 6 mil familias conformadas por parejas del mismo
sexo. Nosotros pensamos que está es una cifra muy inferior a la real. Adicionalmente,
según el Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de
Venezuela, entre 9% y 11% de los venezolanos son homosexuales y de 15% a 20% de
la población es bisexual. Otras cifras revelan que en una de cada cuatro
familias hay por lo menos un miembro homosexual. Estas cifras permiten calificar
este grupo como una minoría sexual en términos estadísticos. No obstante,
podrían no reflejar la realidad en su totalidad debido al temor manifiesto de
la comunidad LGBTI a expresar su orientación sexual ante la posibilidad de ser
víctimas de repudio y discriminación e inclusive violencia tanto verbal como
física.
Sin embargo, si sumamos el número de homosexuales (11%), el número de
parejas (4%), el número de bisexuales (20%), observamos que al menos 35% de la población venezolana es LGB. No
estamos incluyendo acá el número de personas trans e intersexuales que son aún
menor que la homosexual.
¿Cuántas organizaciones LGBTI
hay en el país?
Tampoco existe un número exacto, podríamos estar alrededor de 50 en total.
Dentro de esta cifra debemos mencionar a Organizaciones No gubernamentales
Registradas (asociaciones y fundaciones) y no registradas. Entre las no
registradas están los movimientos sociales, grupos estudiantiles,
organizaciones de base, etc. Pero ¿cuántas
personas realmente forman parte de estas organizaciones y cuántas realmente
llevan a cabo un activismo diario y formal? Más allá de la organización de una
marcha una vez al año.
¿A donde quiero llegar con todas estas cifras? La principal oposición a
nuestras demandas proviene de los grupos cristiano-evangélicos y ya hemos visto
que ellos apenas son un 17% de la población mientras que la población LGBTI
representa aproximadamente un 35%. ¿Por qué entonces pareciera que ellos hacen
más peso y mayor presión? Porque resulta que ellos, a diferencia de la
población LGBTI, están organizados, cohesionados y tienen recursos económicos.
Estamos hablando entonces de dos grupos minoritarios, las personas LGBTI
(35%) y los evangélicos (17%). Los primeros separados, divididos y sin
recursos, los segundos organizados, cohesionados y con recursos. Estos últimos
han logrado conseguir posicionarse en el Parlamento para imponer su voluntad
por encima del deber como funcionarios públicos. Los diputados como individuos
pueden seguir y actuar según la religión que deseen pero como funcionarios
deben obedecer la Constitución y las leyes de los hombres que son de carácter
civil.
¿Por qué no ha sido más
efectivo el activismo LGBTI en Venezuela? Las razones son
muy variadas.
1. Sin sede. Ninguna de las organizaciones LGBTI en el país ha tenido una
sede propia. Esto es sumamente importante e imprescindible para darle
estabilidad a una organización. Si hubo organizaciones que contaron con un
espacio donde funcionar, como Mujeres Amazonas de Venezuela, pero no era un
local propio.
2. Falta de recursos. Activistas
afectos al gobierno dicen que las organizaciones no gubernamentales son
financiadas por el “imperio” entiéndase los Estados Unidos, mientras que las
organizaciones independientes piensan que los grupos pro-gobierno son
financiadas por el gobierno. La verdad es que ninguna organización recibe
dinero o financiamiento si no presenta un proyecto o un plan de trabajo para
una actividad en particular. Pero en esencia, las organizaciones LGBTI no
cuentan con recursos propios porque ninguna es autosustentable. Lo cual explica
el punto anterior, es decir, sin recursos no se puede tener una sede propia.
3. Egolatría, egocentrismo, divismo,
individualismo y ansias de protagonismo de quienes encabezan las
organizaciones. Muchos jefes y pocos obreros, como reza un dicho popular. Este ha sido un grave problema desde la
creación de la primera organización en 1995. Esto obviamente, se traduce en la
imposibilidad de trabajar entre activistas u organizaciones o en red y
así, de manera general, se mantiene
hasta el día de hoy.
Los activistas LGBTI, a pesar de estar en diversas organizaciones que
trabajan en asuntos totalmente diferentes, han estado más preocupados por ver
quién es el “primero”, quien es “más” que los demás. Quien hizo algo por
“primera vez”, y desperdician energías en ver “quien viaja o quien no” o “quien
va o quien no va” a un evento internacional, quien aparece o no parece en los
medios de comunicación, a quien le reconocen su trabajo o no se lo reconocen, a quien in-visibilizan o a quien no. En una historia o telenovela solo hay una sola
pareja protagonista pero sin el resto de los personajes no hay una historia
completa. En esta tarea todos somos importantes y necesarios, desde el que aporta un lápiz hasta el que diseña una imagen. No tiene más valor el que aparece más o es más conocido que quien trabaja desde la discreción o detrás de un computador.
4. División política. Existe una
marcada división entre chavistas y opositores y quienes están en el medio de
esa división, que aunque no lo parezca si los hay. Ha sido un grave error haber permitido que la
división política penetrara un justo reclamo de derechos civiles.
Esto también está relacionado con el punto anterior, la imposibilidad de
trabajar con el otro está estrechamente relacionado con la intolerancia a la
crítica. Nadie acepta críticas pero todos se sienten con el derecho a
criticar. También es importante observar la manera como
criticamos. Hay críticas constructivas pero también las hay destructivas.
Muchas veces pecamos en el tono y la manera como criticamos. Sin embargo,
siempre hay oportunidad para rectificar. Aunque es común en ambos bandos, se
observa con mayor particularidad en personas y organizaciones afectas al
gobierno, quienes no aceptan las críticas, ya sean positivas o negativas. Y,
por ende, califican a quien los critica como enemigo y optan por abandonar los
espacios en lugar de buscar las coincidencias, aceptar las observaciones y
seguir trabajando por las metas en común. Nos cohibimos de participar en las actividades de cada grupo por pensar que estaremos apoyando a una parcialidad político-partidista, o a la derecha o a la izquierda, cuando la verdad es que muy pocos venezolanos entendemos o sabemos de esas divisiones ideológicas.
5. Trabajo deshonesto. Hay activistas que de manera deshonesta se apropian
de las ideas y de las iniciativas de otros activistas y posteriormente las
presentan como suyas. Inclusive adoptan el discurso de otros activistas y el
trabajo de otras organizaciones y las presentan como sus logros. Esto obviamente, no hace más que crear mayores divisiones. Sea honesto, desarrolle sus propias ideas, sea original o en todo caso pida permiso para utilizar el material de otros y dele crédito público por su trabajo.
6. Altas expectativas . Cada letra del grupo LGBTI representa a un individualidad específica con necesidades y solicitudes particulares. Se ha pretendido exigir la solución a todas las necesidades al mismo tiempo. Adicionalmente, se ha optado por adoptar actitudes absolutas, es decir, todo o nada. El resultado: nada. Si bien es cierto, que no se trata de ser conformistas, ni darle más importancia a unas necesidades sobre otras, los logros y conquistas de derechos toman tiempo. Además, los mismos son producto de acuerdos, negociaciones y se dan de manera progresiva. Para eso hay que tener paciencia y saber negociar. Esto ha fallado en el activismo venezolano. Se ha actuado de manera visceral, muchas veces de manera poco inteligente y astuta.
¿Qué hacer entonces?
El momento exige que cada uno haga una reflexión hacia lo interno, no es la
religión, son los diputados, pero también son los activistas. El momento
histórico requiere de mucha madurez política de parte de todos. Nos toca aprender a lidiar con las diferencias que nos separan. Se puede tener
diferentes visiones del mundo. Se puede estar en aceras diferentes en cuanto a
ideologías. Pero hay que tener claro que el tema que nos une es la conquista de
derechos. En esencia, son Derechos Humanos, estos no obedecen a una ideología,
ni a partidos políticos.
Los partidos políticos deben ser nuestros aliados porque al fin y al cabo
de su seno salen los diputados, quienes a su vez elaboran y aprueban las leyes.
Es necesario construir alianzas con el resto de las organizaciones de la
sociedad civil. Se consigue poco o casi nada trabajando de manera individual y
aislada, pero eso requiere de humildad, para reconocer que necesitamos al otro.
Que todos somos valiosos y todos tenemos algo que aportar, pequeño o grande. Se
trata de reconocer al otro y reconocer las ideas y aportes del otro. Hay mucho por hacer, pero cada quien trabajando, haciendo cosas muy buenas, pero sin tener el apoyo de los demás activistas y organizaciones, no es mucho lo que se puede hacer. ya hemos visto como un 17% ha hecho más que un 35%.
Respetar el liderazgo de los activistas, no es menos valioso quien acaba de
llegar al activismo que quien tiene más de 5 o 10 años. Pero quienes apenas
llegan no pueden descalificar el trabajo hecho hasta ahora. Se requiere de
activistas honestos y capaces de trabajar en equipo, pensar en lo colectivo y
con la mirada fija en la meta y no desviarse del camino.
Trabajar, pensar, planificar y actuar en función de las metas y el
resultado esperado. Al final, los resultados que se logren, ya sea en leyes,
planes o políticas publicas serán un beneficio para todos.
Pregúntate: ¿Seguir como un grupo minoritario separado y dividido o como un
grupo que realmente desea lograr el reconocimiento de sus derechos? ¿Qué es más
importante, quién logre algo o que se logre algo? ¿Eres capaz de trabajar sin
incluir tu ideología? ¿Puedes trabajar sin permitir que tu ideología interfiera en tu labor? Se trata de respetar al otro, y si no se sabe, pues, hay que aprender a respetar al otro.
Así como rechazas la inclusión de la religión en tus derechos civiles,
seguramente rechazas la inclusión de una ideología que no compartes en tu
trabajo de activismo. Quienes son de izquierda rechazan la derecha y viceversa,
quienes no son de derecha o de izquierda rechazan que se le quiera imponer una
de las dos ideologías. Lo mejor es dejar las ideologías alejadas de los
derechos humanos.
Fuentes Consultadas:
http://www.cippsv.com/
http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/actualidad/investigacion/infografias---a-la-iglesia-le-salio-full-competenc.aspx#ixzz3if9Lj6YR
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