En la serie
de televisión Friends, Chandler, luego de casado y con casi 40 años decide
renunciar a su trabajo luego de darse cuenta que no era feliz con lo que hacía
y decide emprender la búsqueda de su verdadera pasión o su vocación. Le toco
tomar test de orientación, exámenes de actitud, inteligencia y muchos otros
tests para descubrir lo que quería hacer.
De repente
se vio tomando un trabajo como pasante en una empresa, era extraño verse entre
un grupo de jóvenes aprendiendo todo desde el principio y sintiendo en
ocasiones ganas de renunciar.
Lo que le
pasó a Chandler, es más común de lo que nos imaginamos. Muchos de nosotros y
nosotras decidimos estudiar una carrera guiados por la profesión de nuestros
padres, por la carrera que escogen los amigos, por la carrera que de más
prestigio o la que genere mayores ingresos, pero rara vez porque es nuestra
pasión o nuestra vocación.
Y hace días
me topé con un artículo que hablaba sobre lo inapropiado de preguntar a los
niños que quieren ser cuando sean grandes, ya que eso les puede generar
ansiedad o inseguridad. Y además, lo inapropiado de definirnos en función de
profesiones.
Jamás
imagine vivir lo que vivió Chandler, pasados mis cuarenta años me di cuenta que
ya no era feliz en el trabajo donde había pasado toda la vida. Pospuse la
renuncia durante mucho tiempo, quizás por el temor de no saber qué hacer.
Y me he
encontrado con la realidad del mercado laboral, si tienes más de 40 años las
opciones de formación para ti son muy limitadas, para no decir que no existen. Cualquier
llamado a becas de estudio, becas de trabajo, pasantías, o inclusive ofertas de empleo especifican que son para
menores de 30 años. Pues sí, hasta los 30 somos considerados jóvenes. Luego, ya
no somos tan atractivos para muchas cosas. ¿Es igual
en otros países? No, no estoy muy segura que sea así en otros países. O quizás
dependa de la profesión. No lo sé.
Entonces
parece que la única opción luego de los 30 o 40 y has decidido cambiar de
empleo es emprender, es decir, se espera que para esa edad cuentes con capital
suficiente como para abandonar tu antiguo empleo y dedicarte a trabajar por
tu cuenta, porque el mercado laboral nos veta después de esa edad.
La
situación es aún peor si somos mujeres, pero es tres veces peor si además somos
mujeres lesbianas. Si, el techo de cristal es doble para mujeres lesbianas. No
me lo contaron, lo viví. Entonces decidí
renunciar y las opciones son el trabajo independiente.
Quizás es
hora de que comencemos a cambiar estos parámetros, una persona a los 40 años
puede estar experimentando un cambio, ya sea que evaluamos nuestra vida
personal o laboral y decidimos cambiar la realidad que nos limita o que no nos
hace feliz. Pero no debería ser el final de nuestras oportunidades, porque a
esa edad es como tener un nuevo comienzo.
Los 40 son los nuevos 20 cuando nos
re-encontramos con nuestros sueños o nuestra verdadera vocación. Pero nos toca formamarnos y aprender desde cero. Para eso tambien estamos en busca de oportunidades de estudio o de un trabajo donde seamos felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario