sábado, 9 de mayo de 2020

¿Eres activa o pasiva?






¿Eres activa o pasiva?

Yo no sé ustedes pero a mi esta pregunta me parece odiosa e impertinente.

Les cuento

Miren, yo no tengo mucha experiencia en foros-chats o páginas de citas para mujeres lesbianas. Por allá en el año 2004, la página de la compañía telefónica venezolana CANTV, tenía una portal muy amigable y una sección para chats. Eso fue muy popular por aquella época. Si, fui usuaria de esos chats. Había espacios para todo, hombre, mujeres, heterosexuales, bisexuales, jóvenes, mayores de edad y por supuesto para mujeres lesbianas. Eran otros tiempos, con mucha curiosidad pero también con cautela una se acercaba a esos chats. La mayoría usaba nombres falsos, ya saben, por eso de mantener la privacidad, por ocultarse, por cuidarse, en fin, por múltiples razones.

No había espacio para ver a imagen de la persona, debías conversar y si había coincidencia, empatía (click/feeeling) pues intercambiábamos correos de hotmail, que también eran una segunda o tercera cuenta con nombre falso y continuábamos la conversación en el Messenger, ¿recuerdan, cierto? Entonces, había que entablar una conversación, hablar sobre diversos temas, lo suficiente como para saber si te gustaba algo en esa persona, mas allá de lo físico, lo de intercambiar fotos era algo que se podía posponer hasta bien adentrada la conversa.

Converse con muchas chicas, chicos y gente que quizás se hacía pasar por uno o por otro. No había muchas opciones para constatar la información. Bueno, una confiaba, yo siempre confío, porque tampoco una puede andar por la vida desconfiando de todo y de todos. Sinceramente, no recuerdo que alguna chica me haya preguntado directamente si soy pasiva o activa.

Hoy en día, realmente la cosa parece funcionar diferente. En la época de las redes sociales, Facebook, twitter e Instagram, la verdad que me cuesta seguirle el ritmo. Y además con las aplicaciones como Tinder, Grinder y otras menos conocidas, la cosa es como más complicada. La mayoría de los portales funcionan de entrada con imágenes. Lo que atrae es la foto, lo físico y realmente para mí eso como que no funciona. No les parece que eso de preguntar directamente sobre la pasividad o actividad mata el proceso de conocimiento, enamoramiento, el descubrimiento, la picardía y la ilusión por la otra persona, yo creo que sí.

¿Qué es ser pasiva, activa o versátil/moderna?

Estos termino hacen referencia a los roles sexuales que se asumen en un encuentro físico con una persona del mismo sexo o género, en caso de las mujeres hablamos de lesbianas pasivas, activas o versátiles.
Permítanme aclararles que nadie está obligado a asumir ningún role, ni a encajar en alguno, ni a decirlo ni a preguntarlo. En las relaciones sexuales debe haber libertad para sentir y hacer cualquier cosa que nos sea placentero siempre y cuando eso no implique un peligro para nuestra integridad personal o una de las partes no quiera hacerlo. Además, cada quien está en libertad de definirse o identificarse o no en alguno de estas categorías.

Una mujer lesbiana activa es aquella que toma las riendas en un encuentro sexual, no significa que es quien está arriba todo el tiempo, si o que es quien asume una responsabilidad voluntaria de seducir, excitar y complacer a la pareja. No tiene nada que ver con la identidad de género ni la expresión de género, es decir, con la apariencia física de la mujer o algún estereotipo. Ser una mujer lesbiana activa tampoco significa que sea una experta en el arte de la sexualidad y las relaciones sexuales.
Una mujer lesbiana pasiva es aquella que prefiere no asumir las riendas de la relación sexual, si no que opta por dejarse observar, seducir o mimar. Eso no significa que se echan en la cama y no hacen nada, sino que prefieren dejarse llevar e ir guiando a su amante a través de otros gestos.
Una mujer versátil es aquella que disfruta ambos roles pasivo o activo sin conflicto alguno. Y que inclusive durante una relación puede posicionarse en ambos roles.

Ninguna de estas etiquetas es mejor que la otra porque todo va acorde a los gustos y preferencias individuales. Dicho esto, mi preocupación no tiene que ver con los roles sexuales, sino cuando estos se extrapolan a los roles sociales, a la convivencia en pareja y que en algún momento podrían derivar en las reproducciones de patrones heteronormativos  y, a la larga, convertirse o develar conductas toxicas y machistas.

Mujeres lesbianas machistas
Ser lesbiana no nos exime de reproducir algunas actitudes y conductas machistas. Entendiendo el machismo como una derivación del patriarcado el cual establece la superioridad del hombre sobre la mujer y se manifiesta a través de acciones que minimizan y restan valor a la mujer.  

Hay mujeres lesbianas por ejemplo que luego de una ruptura comparten detalles de la vida privada de sus ex parejas o de chicas con las que ha estado. Esta es una conducta machista puesto que viola la intimidad de la mujer.

Correr el rumor de que la pareja o la ex pareja ex pasiva y, por ende, sumisa, esparciendo así la creencia cultural de que quien se deja penetrar o es pasiva en la relación sexual es débil o inferior.

Criticar la vida sexual de las mujeres o la ex pareja, ya sea por el número de parejas que tiene o ha tenido. De esta manera estableciendo una visión moral de la sexualidad, llevando a señalarla de puta o promiscua. No existe tal cosa como un patrón correcto o apropiado de cuantas parejas son muchas parejas o cual es el número para calificar a una mujer como promiscua. Estos son prejuicios, o patrones subjetivos que persiguen descalificar a las mujeres.  Cosa que en el hombre no funciona de la misma manera, por el contrario, en el hombre mientras mujeres y parejas ha tenido más apreciada es su masculinidad o característica de macho. Siendo esto una actitud machista.

Controlar a la pareja a través del dinero, miren no. Eso no está bien. El hecho de que una gane más dinero que la otra le da autoridad para decidir todo, ni va a ser la que manda, a la que hay que servir, o hay que pedirle permiso para gastar, no eso no puede servir para controlar a la pareja. Eso es de machitos, por favor, no reproduzcamos esos patrones machistas en las parejas lésbicas.

Quizás vieron alguna vez la película francesa La vida de Adele. Recordaran, en la que la pareja organiza una fiesta y quien cocino, atendió a  los invitados, luego le toco limpiar y ordenar fue a Adele mientras la pareja la observaba acostada en la cama y fumaba.  No hay mejor ejemplo de una conducta machista en una pareja lésbica que en esa película. 

En el mismo orden de ideas, no esperen que la que es más masculina ya sea en apariencia o comportamiento sea la que cubra todos los gastos en la casa o sea la que pague la cuenta al salir o en eventos sociales como ir a comer a un restaurante o lugar de comida. No, por favor, evitemos incurrir en estas conductas machistas.

El acoso sexual a otras mujeres sean o no lesbianas. El acoso está mal, y el hecho de ser lesbianas no lo excluye o lo minimiza. En la misma onda, no está bien eso de acosar a la pareja de tu amiga o amigas. Los tocamientos, los piropos y las miradas sugestivas son arte de ese acoso entre amigas o conocidas lesbianas. No, no está bien.

En conclusión, la pregunta sobre ser pasiva o activa, podría también ser un indicador de una persona dominante no solo en los roles sexuales sino que también podría revelar características de roles sociales dominantes y controladores así como conductas y comportamientos machistas a los que debemos estar atentas como mujeres heterosexuales o lesbianas o bisexuales. Esto son solo preocupaciones y advertencias que comparto, no significa que siempre es una posibilidad pero es bueno estar alertas a estas señales.

Por último, al participar en estos foros o páginas de citas solo pudo recomendarles tener precaución y mucho cuidado de su seguridad personal. Suerte en la búsqueda de pareja si optan por hacerlo en el entorno en línea.

Los chats de whatsapp de mujeres lesbianas, miren, esa es otra historia…  

sábado, 2 de mayo de 2020

Convertir una casa en un hogar en tiempos de aislamiento





Convertir una casa en un hogar en tiempos de aislamiento

En un post anterior titulado “Adiós, Catia” les conté que en septiembre de 2019 me mudé a un nuevo departamento,  tuve que hacer tres viajes diferentes para poder mudar todo. Vendí algunas cosas, doné algunas otras y empaqué una casa de dos habitaciones para entrar en un apartamento de una habitación. No fue fácil. Pero lo logré. La vieja cocina la regale y todos los escritorios y mesas los done a una escuela.

Mientras me mudaba, todavía estaba trabajando, investigando, escribiendo y enseñando, así que me sentí como una de esas personas de las que salen en los programas de remodelación de casas en Home and Health, saben, que debe reparar la casa donde viven para entregarla y al mismo tiempo arreglar la casa nueva para poder mudarse. Mientras tanto vas encontrando todos los problemas que hacen falta arreglar.

Finalmente, a finales de octubre, todas las cajas estaban en mi nueva casa. Me toco reparar unos serios problemas de botes de agua y cañerías. Había botes de agua en el lavamanos, en la ducha y en el lavaplatos, al mismo tiempo, no salía agua de las llaves en la ducha y el lavamanos. Varios aparatos estaban dañados y requerían reparación o compra de repuestos. Es normal encontrar estos problemas en casas que han estado solas durante un tiempo y sin cuidado permanente. Lo que no se usa se daña y el uso también las daña. Todo eso lo hice con calma pero sin pausa para poder mudarme totalmente.  
En noviembre tuve que viajar a Maracaibo, a fines de ese mes viajé a los Estados Unidos donde me quedé hasta fines de diciembre. Agotado como estaba, cuando regresé a Venezuela, dormí tanto, y descansé tanto como pude que apenas puedo recordar lo que hice.

En enero, una vez más tuve que viajar a Ecuador y en febrero a Chile, sin volver a Caracas. Estaba tan exhausta que mi cuerpo estaba pidiendo un descanso. Su forma de hacerlo fue con gripe.
En marzo, tuve una gripe que me obligó a quedarme en cama desde el cuarto día del mes hasta el 13. Cuando ya estaba recuperada, la cuarentena debido a COVID 19 comenzó en Venezuela.

Entonces, a pesar de haberme mudado en septiembre, era muy poco el tiempo que había pasado en casa. Estando en casa y completamente recuperada de la gripe, tuve tiempo de concentrarme en mí misma. Los primeros días fueron muy duros, no tenía control del tiempo para levantarme o acostarme por la noche. No tenía control sobre la ansiedad que me hacía comer con desesperación.

La segunda semana, me di cuenta de que tenía que comenzar a hacer cambios en mi falta de rutina y control sobre mis sentimientos y emociones. Entonces comencé a prestar atención a mi nueva casa.
Me di cuenta de que tenía que terminar de desempacar. Ya no podía tener cajas con objetos de la mudanza. O las usaba o tendría que deshacerme de ellas. Entonces, desempaqué. Encontré lugar en el departamento para organizar todo. Y las cosas comenzaron a tomar forma. Necesitaba construir una nueva rutina.

En Venezuela, una rutina depende mucho de los días que tengamos agua corriente. Cuando hay agua tengo que lavar la ropa, limpiar y cocinar para toda una semana. Solo porque es muy incómodo limpiar y cocinar sin agua. Entonces, mi rutina es guiada por el servicio de agua.

La segunda cosa que guía mi rutina es el día en que los mercados cercanos a mi casa reciben bienes y cosas para vender. Me gusta comprar frutas y verduras frescas, así que sé exactamente cuándo ir al mercado una vez por semana para obtener provisiones.

De manera que el servicio de agua y el día de compras ya estaban dando forma a mi rutina. Lo siguiente fue establecer un horario para trabajar. 

Un día, mientras estaba en el sofá viendo la televisión, escuché un sonido. Era la ventana de madera, ya en febrero me había dado cuenta que había algo que no estaba del todo bien. Estaba desprendida de un lado y estaba a punto de caerse. Entonces, tenía que encontrar a alguien para arreglarla. Tomó mucho tiempo para que eso sucediera. Mientras tanto, comencé a abrirla para que el viento no la golpeara y la desprendiera aún más. Luego me di cuenta de algo maravilloso. 

Todas las mañanas, alrededor de las 7 o 7:30 a.m., durante una hora, el sol salía e iluminaba la habitación. Entonces, comencé mi nueva rutina. Empecé a levantarme a las 7, abrir la ventana y exponerme al sol. Noté que comencé a sentirme tan energizada por los rayos del sol y mis días fueron mucho mejores. Pueden leer más sobre “la ventana que me guía”.

Hago eso todos los días durante una hora y luego desayuno, me ducho y empiezo a trabajar desde casa alrededor de las 9:30 a 10:00 de la mañana. Así, poco a poco construí una nueva rutina. Siguiente paso, apagar la computadora y dejar de trabajar a las 5:00 p.m. Al principio fue difícil pero lo hice. Logré construir una rutina mientras estoy en cuarentena. 

He limpiado, restaurado y reorganizado todo en casa. Descubrí que la organización espacial es una actividad muy relajante y una amiga me dijo que en realidad es terapéutica. También me he estado deshaciendo de viejos utensilios de cocina, bolsas, papeles, libros, cosas que ya no necesito.
También estoy disfrutando cocinar para mí. Había dejado de hacerlo y estaba comiendo fuera la mayor parte del tiempo debido a la falta de tiempo. Solo para el almuerzo, siempre he hecho el desayuno y la cena en casa. 

Este pasado mes de abril me ha tocado encontrar una empresa para remplazar la hermosa ventana de madera que había. Encontrar a una persona para  reparar de nuevo los botes de agua que no repararon bien la primera y la segunda vez, colocar una lámpara que faltaba y necesitaba, rehacer un viejo tendedero que ya casi estaba sin cables. Montar unos cuadros que aún estaban en una esquina para ser colgados y otras cosas mas. Todo esto me ha mantenido muy ocupada y entretenida. Debo reconocer que los programas de remodelación y decoración de casas de Home and Health me han servido mucho.

La cuarentena ha vuelto a ponerme en contacto con actividades que antes hacia, he retomado viejos pasatiempos. He estado convirtiendo una casa en un nuevo hogar. Me siento agradecida por este nuevo espacio y me siento en paz, disfruto de la tranquilidad que he encontrado y todo esto ha hecho que el aislamiento sea más llevadero. 

Una nueva ventana